En las Estrellas [FINALIZADA]

Capítulo 19 [PARTE II] Viviendo en la luna

(CORREGIDO, ENERO, 2022)

Gael

Al haberle dicho a mi padre que no iba a seguir considerándolo como mi progenitor después de todo el daño que me hizo en la vida, y el desborde del vaso que ya estaba más que lleno, lo que le hizo a Tianna para hacerla huir del país e irse lejos, era de esperarse que no podría seguir disfrutando del dinero que hasta entonces me daba para mi manutención: pago de universidad, comida, vestuario y otros caprichitos por ahí.

Al día siguiente de haberlo enfrentado ya todas mis tarjetas habían sido bloqueadas, pero no me importó en lo absoluto. Yo ya había decidido que no quería nada de Louis Harris, no después de todo el daño que me hiciera, sobre todo al separarme de la mujer que amaba y privarme de haber conocido antes a mi hija. Tianna tuvo que sobrellevar sola el embarazo de Gala, y luego parte de su crianza sin mí a su lado.

Lo único que mi padre no pudo quitarme fue mi apartamento pues es mío ya que había sido un regalo de mi abuelo paterno y está a mi nombre.

Aún no tengo veintiún años, para ello faltan al menos tres meses por lo que todavía no puedo heredar el fideicomiso que me dejó mi madre. No había trabajado nunca en mi vida, ni contemplaba hacerlo porque puestos a ser franco, me sentía muy cómodo teniendo las manos llenas, pero las cosas han cambiado para mí, tengo dos motivos hermosos por los cuales luchar, mis dos grandes amores, Gala y Tianna, las mujeres por las que soy capaz de todo, si las tengo a ellas nada me hace falta, y menos el dinero de mi progenitor que aunque no puedo negar que disfruté bastante de sus millones y mi vida de niño rico, ya esa vida no me llena, no tanto como mis dos flores.

He conseguido un trabajo como mesero en un restaurante, trabajo en el horario de la noche, y todo ha ido perfectamente desde que inicié mis servicios laborales hace un mes y tanto.

Sin embargo. Está noche no sería así.

Para mi mala suerte la primera mesa que atendería esa noche no me esperaba que justamente el cliente fuera mi propio padre. Louis Harris está sentado en una mesa en el privado del restaurante, apenas con luz para darle más privacidad al ambiente que luce hasta romántico, pues tiene una acompañante femenina.

Mierda y doble mierda. Habiendo tantos restaurantes en New York viene justamente aquí.

Quiero negarme en cuanto sé que es el quien está en aquella mesa, pero soy el único mesero disponible para atenderlo, pues los demás meseros están todos ocupados en ese momento. Pero ni modo. Solo estoy ganándome la vida, el dinero para la manutención de mi familia, sobre todo Gala gasta mucho en pañales, leche y otras cosas de bebé.

Me acerco sin miedo, con la cabeza en alto.

—Buenas noches —saludo, como si se tratara de cualquier otro cliente y no mi padre con una mujer, desconocida para mí—. Bienvenidos, ¿qué gustan ordenar?

Mi padre que estaba viendo la carta eleva el rostro y en cuanto me ve frente a él lo endurece, poniéndose de pie rápidamente, vestido con un traje gris merengo de tres piezas. Lo miro con el rostro impasible, él me chequea de pies a cabeza y luego entierra sus ojos en los míos.

— ¿Qué cojones haces aquí, Gael? —inquiere, aunque con tono bajo para que nadie lo escuchara. Es un hombre que le importan bastante las apariencias.

Tuerzo una sonrisa.

— ¿Qué puedo estar haciendo aquí ofreciéndote mis servicios y con un uniforme de mesero? Pues trabajando padre.

Endurece más el gesto y una vena de ira salta en su mandíbula dura.

—¿Trabajando en un restaurante como un hijo de cualquiera y no como el hijo de Louis Harris? —gruñe entre dientes—. ¿Si querías trabajar, no pudiste encontrar otra cosa mejor que no fuera esto?