En las Estrellas [FINALIZADA]

Final (Primera Parte)

sophi_adamato quiero dedicarte este capítulo con el mismo amor que le das a cada una de mis historias. Hoy estás de cumpleaño y te deseo todo lo mejor, que hayas pasado y termines de pasar un lindo día. Dios te bendiga y traiga muchísimos cosas buena para ti. Un beso y abrazo a distancia desde República Dominicana.

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Alejandro

He recuperado mis recuerdos. Finalmente soy yo otra vez, con todos mis recuerdos y bien, no sería la palabra para expresar como me siento por ya no tener una nube blanca en la cabeza sin ningún recuerdo sobre mí, sobre mi familia o mis amigos Byron y Rees.

Lo que más feliz me hace es al fin poder recordar a mi pelusa y todos esos momentos que nuestras memorias guardan de nuestros dos juntos por años, los juegos, las travesuras e incluso esos tantos pleitos sin sentido. Recordé casi cada momento con ella y entendí perfectamente porque incluso sin memoria mi corazón latía así fuerte por ella, y nos complementamos de esa forma que siquiera puedo etiquetar.

Y es que Luna y yo somos almas, no recuerdos, la que nunca olvida y la que nunca morirá, manteniéndose unidas por toda la eternidad.

Pero no todos los recuerdos fueron buenos.

También la recordé a ella a, Priscila, y la verdad es algo que si me hubieran pedido que si podía quedarse en mi memoria para siempre habría dicho que sí sin pensarlo dos veces. Descubrir que, mi ex novia llegó tan lejos como intentar matar a la mujer de mi vida ha sido un golpe muy duro para mí, un dolor que no desaparece de mí.

Duele.

Ya no como mujer, pero seguía queriéndola como mi primera novia y seguía conservando en mi memoria los bellos momentos que compartimos. Quería lo mejor para ella, quería que encontrara a una persona que supiera amarla y la hiciera feliz, y en un futuro verla viviendo la misma felicidad que estoy viviendo, y espero vivir con mi pelusa, más se obsesionó de esa manera conmigo y mira a donde ha llegado su enfermiza obsesión. Tan joven, tan hermosa y con un futuro por delante, ha terminado en una cárcel juvenil por haber intentado matar a mi novia no una, sino dos veces.

Debería odiarla, Luna es la persona que yo más amo en mi vida y ella quiso arrebatármela de los brazos. Fue solo un milagro lo que la salvó; primero que fuera yo quien subiera en ese caballo y tuviera el accidente, lo cual no importando que luego anduviera todo desmemoriado y perdido, agradezco que fuera yo quien cayó y no mi pelusa, porque yo estaría dispuesto a sufrir cualquier golpe solo para que ella no lo sintiera. El día que fue a buscarla con la policía para que pagara lo que hizo al envenenar su yegua y ocasionar su muerte y mi accidente, le clavó ese cuchillo. Fue otro milagro que la salvó, pero aun así, no puedo odiarla. Solo puedo sentir pena, lástima, dolor y un poquito de rabia.

— ¿Quieres ser mi novia, Priscila? —recuerdo con mucha claridad ese momento, su sonrisa amplia y la forma como me abrazó, gritando sí una y otra vez.

En ese instante en ningún momento me imaginé que ella terminaría convirtiéndose en lo que se convirtió, en alguien capaz de quitarla la vida a otra persona, y que esa persona fuera la mujer de mi vida. Mi otra mitad, mi alma gemela y mi complemento. La mujer sin la que tan siquiera puedo respirar. La mujer sin la que no puedo imaginarme una vida sin que ella esté a mi lado, la mujer por la que sería capaz de cualquier cosa.

Priscila se metió con lo más preciado e importante que tengo en esta vida, y aun así, no puedo odiarla.

—Alejandro —me volví para verla, estaba esperándola en una salita de la cárcel juvenil en la que está de reclusa, la misma, oscura por la pintura negra de las paredes.