(21) Thor Odinson

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𝗦𝗮́𝗹𝘃𝗮𝗺𝗲

La chica corría callejón tras callejón oscuro, huyendo de aquel hombre que amó con todas sus fuerzas, aquel que hace tiempo acostumbraba a pasar cada noche, llenándola de caricias, y ahora la perseguía para asesinarla.

Se detuvo en seco al ver la gran pared que daba por concluido aquel largo callejón. Se escuchó un sonido proveniente de atrás; él ya estaba ahí.

Visualizó con horror la silueta del peli negro.

— Loo... Loki, no hagas esto — dijo tartamudeando.

— Hola, cariño — dijo con una sonrisa de malicia mientras sostenía una fina navaja con su mano derecha y con la otra se aproximaba a tomar a la chica. — Suéltame, Loki, ¿por qué haces esto?

— No tengo opción, él me ordenó hacerlo a cambio de su apoyo para ser el rey. No queda de otra, cariño. Además, yo soy el Dios de las mentiras — sus palabras dejaron en claro lo que se aproximaba; tomó a la chica y clavó un poco la navaja en la clavícula, haciendo un trazo preciso pero no profundo. La chica comenzaba a llorar de dolor mientras la sangre brotaba de su cuello.

— No logro entender qué pasó contigo. Tú no eres el mismo, no, mi Loki, tú eres un monstruo.

El peli negro no pareció molestarse por el comentario, dejando ver una sonrisa cínica. — Yo nunca he sido tú Loki. — Clavó aún más la navaja haciendo que la chica se retorciera de dolor mientras él la sostenía.

La vista se nublaba poco a poco, cuando sintió cómo alguien alejaba a su asesino de ella; de pronto, esa persona la tomó del rostro. Era él, aquel asgardiano hermano de Loki, al cual había conocido la vez que fue a conocer a los padres de su en aquel tiempo novio.

Todo empezó cuando Loki comenzó a alejarse y ser la misma persona fría de antes, desde que desapareció por un tiempo, volvió siendo alguien totalmente distinto. Durante ese tiempo, ella había comenzado a sentir algo por el hermano de Loki.

Visualizó cómo el rubio esposaba a su hermano y cómo este desaparecía por el Bifrost.

Después de asegurarse de que su hermano había sido escoltado por soldados hasta Asgard, se aproximó a la chica.

— Quédate conmigo, ¿quieres? — el rubio giró llamando a alguien. — Rápido, pierde demasiada sangre. — Solo percibió cómo alguien la levantaba en brazos y su vista se fue.

Despertó un tanto adolorida, pero seguía viva. ¡Seguía estando viva! En cuanto logró enfocar su vista, reconoció de inmediato dónde estaba... en Asgard. Miró hacia una esquina de la habitación, y ahí permanecía el rubio mirándola fijamente, como si todo el tiempo estuviera cuidándola.

— Hola, ¿qué pasó?, ¿estoy en As...?

— Sí, estás en Asgard. Pensé que no serías capaz de despertar, tú...

— ¿Dónde está él? — dijo preocupada y con miedo.

— No te preocupes, está encerrado, y así será hasta que termine su condena. — La chica trató de decir algo más, pero el rubio se acercó y tomó su rostro. — Él ya no podrá lastimarte, y yo estaré aquí para protegerte. — La chica lo acercó a ella.

— Gracias. — Poco a poco acercó más el rostro del rubio al de ella, logrando unir sus labios.

Ahora que lograban estar juntos, el asgardiano se encargaría de protegerla y de amarla.

|𝖮𝖭𝖤 𝖲𝖧𝖮𝖳𝖲| 𝖬𝗎𝗅𝗍𝗂𝖿𝖺𝗇𝖽𝗈𝗆.Where stories live. Discover now