2. La Voluntad de Fuego

1.5K 93 9
                                    

Los personajes de Naruto y Dragon Ball no me pertenecen, son obra y creación de Kishimoto y Toriyama respectivamente.

He confirmado que hubo siete batallas que involucraban a una pareja de shinobis en cinco países vecinos. Aún no han cruzado la frontera del País del Fuego, aunque a juzgar por su recorrido, es sólo cuestión de tiempo que lo intenten.

La información de Kakashi le rebotaba dentro de las paredes del cráneo, burlando y sobrepasando por intervalos su umbral del dolor. La Sannin se llevó una mano a la sien: le ardían los ojos de tan sólo vislumbrar el despejado cielo de las ocho de la mañana con su tibio sol.

Caminó del balcón al escritorio. Sus labios trazaron una mueca renuente ante la visión de la taza de té verde sobre la mesa. Shizune se preocupaba por ella, pero una sopa de hierbas no era lo que necesitaba en ese momento, así que optó por dejar que se enfriara y se sirvió su tercer trago de sake de la mañana.

Justo en ese instante entró Shizune con buenas noticias: no había documentos que revisar ni firmar en toda la jornada matutina, algo que para un Kage, era motivo suficiente para celebrar.

―Tsunade-sama... ¿todavía está pensando en eso? ―El rostro de su asistente desbordaba preocupación. Miró la taza de té verde que preparó hace media hora, intacta y fría como baba de perro. Por otro lado, la rubia servía su cuarto trago de sake y se lo empinaba de golpe.

―Es obvio que dos miembros de Akatsuki se dirigen al País del Fuego. ―Tsunade se dejó caer pesadamente en la silla tras su escritorio―. Es comprensible que secuestraran a Gaara dentro de su propio territorio. Es el Kazekage, después de todo. La pregunta es, ¿tendrán las mismas intenciones con Naruto? ¿O esperan que abandone la aldea durante una misión para actuar?

―Descuide, Tsunade-sama, Naruto está en buenas manos. Usted misma lo dijo. De hecho, no hubo noticias sobre Akatsuki durante el incidente del Puente del Cielo y la Tierra.

La sonrisa de Shizune se borró al notar que la Hokage no paraba de mordisquear la uña de su pulgar. Hacía eso cuando estaba muy nerviosa, y no le gustaba verla en tal estado. Pensó que las presiones de Danzō o los ancianos del consejo tenían que ver con ello, pues criticaban cada decisión de Tsunade sin importar el resultado, con discursos prefabricados para cada posible escenario y situación. Lejos de ayudar, complicaban una situación de por sí delicada. Konoha tenía, en cierta manera, al enemigo dentro de sus propios muros. Incluso Gaara inspiraba más confianza que Danzō y el senil consejo.

―Eso fue porque Akatsuki no estaba preparado para el momento. Ahora, las cosas son diferentes. Es claro que Itachi Uchiha está al tanto de los movimientos de Sasuke, así que pudo alertar a la organización sobre la misión fallida liderada por el capitán Yamato. El encuentro entre Naruto y Orochimaru sin duda reavivó los intereses del enemigo por hacerse con el Kyubi...

El alcohol comenzaba a sonrojar sus mejillas. Shizune la conocía demasiado bien, sabía que algo más repercutía dentro de la cabeza de la rubia para encontrarse tan abstraída y preocupada.

―Tsunade-sama, entiendo que haya escogido expresamente a Shikamaru y Asuma para la misión, pero, ―jugueteó nerviosamente con las manos tras su espalda―, ¿acaso tiene dudas al respecto? Podría enviar a Kakashi para más seguridad, además de Izumo y Kotetsu, por supuesto.

―No me preocupan Asuma y Shikamaru. ―La Hokage empuñó las manos. Mordisqueó varias veces el interior de su labio inferior―. Me preocupa Trunks...

―¿Trunks? ―Por un momento, la imaginación le jugó una mala pasada y recordó al saiyajin del futuro. Sacudió la cabeza, rogó que Tsunade no notara su rubor y se concentró en el presente―. ¿Qué hay de malo con Trunks?

El Pecado de los Shinobis Where stories live. Discover now