23. Dos Días

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Los personajes de Dragon Ball y Naruto no me pertenecen, Son obra y creación de Akira Toriyama y Masashi Kishimoto respectivamente.

Como añadir menta a un helado de chocolate y vainilla. Tan sencillo como eso era el senjutsu, o así fue como lo explicó Gamakichi para que Naruto entendiera, porque la charla de Jiraiya sobre mezclar energía de la naturaleza con chakra, que a su vez surgía de moldear la energía física con la espiritual, fue un discurso que no caló profundo en el desconcertado rubio.

¡Paaam!

Sin embargo, la analogía entre las artes del ermitaño y un postre, no le salvó de ser golpeado con un bate por enésima vez cuando su cuerpo empezaba a deformarse en un grotesco sapo.

―Esto no está funcionando. ―Suspiró Jiraiya, meciendo la porra que tenía entre manos. El viejo Fukasaku también llevaba una, pues se turnaban cada tanto cuando se cansaban de pegar al pobre chico, cuya cabeza ya se coronaba de dolorosos e inflamados chichones.

―¿Pero cómo mierda quieren que funcione si no me puedo concentrar lo suficiente esperando el próximo golpe? ―Reclamó Naruto entre cascadas de lágrimas, frotando su magullado cráneo para mitigar el dolor. Tenía un buen punto a favor.

―Y bien, Goten, ¿qué impresión te merece esto? ―Dijo el pequeño Fukasaku, verdaderamente interesado en la opinión de un usuario de ki.

El saiyajin se tomó unos segundos para escoger las palabras adecuadas. Intuía lo que pasaba, pero debía ordenar sus propias ideas para hacerse entender. El asunto era algo enredado.

―El ki existe en todo lo que nos rodea, no solo en los seres vivos, sino también en el aire, el agua y la tierra. Eso significa que Naruto ya se encuentra en contacto con esta energía. De hecho, justo ahora mismo está sobre su piel, incluso puede respirarla.

Naruto frunció y movió su nariz de un lado a otro. Se le veía poco convencido.

―¿Entonces por qué me cuesta tanto si se supone que es algo que está en todos lados?

―Ummm... creo que me doy una idea... ―Goten se levantó de un salto y caminó hasta la fuente en cuyo borde de piedra meditaba Naruto. Se inclinó y empapó la yema de sus dedos en el oleoso líquido amarillo que se precipitaba en grasientas cataratas―. Han dicho que la clave para formar chakra senjutsu es hacerse uno con la naturaleza, ¿no es así? ―Preguntó en dirección a Jiraiya y Fukasaku.

―Así es, ―respondió el sannin―, lo que significa que Naruto debe permanecer inmóvil para sentir dicha energía, acoplarse a ella, y después mezclarla con su chakra en la cantidad justa. Si recoge poca, no habrá chakra senjutsu, pero si toma demasiada, pues...

Las enormes estatuas de sapos, otrora shinobis que fracasaron en su intento de perfeccionar las artes del ermitaño, completaron con su silencio hierático la escabrosa sentencia.

―Ya veo. ―Con una reveladora sonrisa, Goten soltó una pregunta para la cual ya tenía respuesta―. ¿Alguno de ustedes sabe por qué es más fácil reunir energía de la naturaleza usando el aceite de sapo?

―Pues no es tan complicado, joven. Lo que pasa es que... ―Fukasaku quedó con la boca abierta. Habló demasiado rápido, empujado, quizá, por el incuestionable peso de una tradición milenaria que nadie se había atrevido a juzgar. No lo sabía. Nadie, de hecho. Simplemente, de conocimiento extendido era que con el aceite de sapo se atraía más fácilmente a la energía de la naturaleza... lo mismo que con el moco de babosa o la piel de serpiente.

―Ustedes los sapos, al igual que otros animales de este mundo, son usuarios de ki. El aceite proviene de ustedes, y así como el agua o el aire, contiene partículas ki. El ki atrae con más facilidad al ki.

El Pecado de los Shinobis Where stories live. Discover now