Capítulo 5. 💄

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Nada

Si lo piensas mucho, lo complica más. -Anónimo.


Gianna

Papá es quién golpea mi espalda para tratar de aliviar mi tos repentina debido al licor que invadió mi garganta de manera incorrecta. Fabrizio está delante del escritorio mirando preocupado y Alessandro, él parece más enojado que antes.

No pasa mucho tiempo desde mi ataque hasta que Pia aparece con un vaso de agua, el cual me lo tomo de inmediato. Cuando logro calmarme por completo, miro a cada miembro de la sala con una expresión confundida y quizá con el mismo ánimo que Alessandro,

De la nada, la presión y la ansiedad solo me provocan ganas grita, de correr lejos de aquí y no volver a ver a nadie más. Mi vida cambia repentinamente y siento que hasta respirar está mal, que mi presencia en el mundo es un error, porque solo estoy aquí para tomar malas decisiones.

Las paredes de la habitación se cierran, asfixiándome. No solo la habitación parece cerrarse, también mis pulmones, mi garganta. Solo quiero largarme y que nadie me encuentre, que nadie me mire, que nadie me hable.

Me alejo de mi padre, quien me sostiene del brazo en un intento por no dejarme caer o que me desmaye por la sorpresa. Hago un intento por respirar, pero no lo voy a conseguir hasta que no salga de estas paredes y de las miradas por parte de los tres hombres.

Me voy, desaparezco de mi propia oficina y salgo rumbo al patio trasero de la casa, aun con tacones corro por el extenso jardín hasta llegar a los establos. Doy una rápida mirada hacia atrás para comprobar que papá viene detrás de mí.

Solo quiero estar sola.

Ni siquiera pongo la montura a Baala —mi yegua— cuando me monto y salgo por la puerta trasera de la casa cuando encargado la abre. Cabalgo rápido por el pequeño sendero que dirige a la playa. En solo pocos minutos ya pierdo de vista a la casa y soy una con las olas que chochan con la orilla.

Lloro de ira.

Mi vida ahora mismo se ha convertido en un sueño, o una pesadilla mejor dicho. Como si se tratara de una broma o que estoy en una cámara escondida y juegan conmigo.

Mierda.

Sabía que algo así llegaría a pasar, sabía que papá tarde o temprano conseguiría a alguien para que me case, para poder tener herederos y dejar todo a ellos, me criaron para eso, pero jamás pensé que sería ahora, y menos con el jefe de la Camorra. Con Alessandro.

No, no estoy lista para algo así. No quiero casarme aún. Mucho menos tener hijos y menos con él. Como lo dije, Alessandro no tiene una buena reputación. La Sacra y la 'Ndrangheta lo odian por matar a los antiguos jefes hace ya varios años. Lo respetan porque a pesar de ser un hijo de puta tiene un buen liderazgo y tiene los mejores tratos. Los mejores aliados.

No me sorprendería si mata a los actuales jefes.

Otros dirán que lo respetan solo por su tío. Quien también es su sottocapo.

Maurizio Russo —a pesar de estar en la mafia durante años y servir a su hermano— es la persona más buena que he conocido. Las muertes qué se le atribuyen han sido necesarias, ha sido defensa propia ya que en todos lo han intentado matar. Pero matar es algo que no escogería...

Tiene sentido que case con él.

Claro que lo tiene. Es el hombre más poderoso de Italia. Su fortuna es al menos el doble de la mía. Es un hombre reconocido, él es el único que tiene a Estado Unidos comiendo de la palma de la mano. Tiene tratos y negocios con los dos países más grandes en narcotráfico de Latinoamérica. México y Colombia.

Nella Mafia © | ITALIA 1|Where stories live. Discover now