Capítulo 15.💄

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Nuevas reglas

Se como la nieve. Hermosa; pero fría. -Anónimo.



Alessandro

Primer día de la semana. Son las diez de la mañana cuando bajo de mi habitación hasta la sala principal, donde no está vacía como de costumbre, mi hermano permanece en el lugar, no solo, mi madre lo acompaña y también veo a mi padre hablado con Gustavo en la entrada.

Hoy es el día. Hoy mi hermano entra oficialmente para ser un soldatos. Que por ahora es lo máximo que puede llegar a ser hasta que esté preparado totalmente. Quizá es un príncipe de esta mafia, pero al no tener su iniciación como muchos dentro de la famiglia, no puede tener el respeto o la confianza que muchos me tienen a mí. Una vez bien entrenado, ascenderá rápido a un puesto alto, podría llegar a ser mi mano derecha.

Yo ya tuve mi momento de hablar con él. Ya le di algunos consejos de lo que puede hacer para que todo sea más fácil. También le dije que quizá aparezca en Bacoli para ver cómo va todo. Poner algunas de las pruebas que Fabrizio me puso en sus días.

—Buen día —hago presencia en la sala.

Mamá responde anodina. Beatriz es una orgullosa de primera. Agradezco no tener esa cualidad. Diría que Enzo se parece más a mamá en cuanto a su personalidad. Orgullosos, malhumorados y hasta pesimistas.

—¿Listo para esto? —tomo de los hombros a mi hermano.

—Me entusiasma y me pone nervioso —sonríe sincero— pero sé que lo haré prefecto. Quizá extrañe follar como un animal.

—Lo harás bien. Contrataré a un entrenador personal para que ejercite ese cuerpo delgado.

—Disculpa —suena presumido— puedo acabarte en segundo en duelo cuerpo a cuerpo.

—Como digas, presumido —me río— ¿Papá irá contigo?

—Sí, me dijo que tenía que darme varios consejos. —Y sospecho cuales son. A mí me dijo lo mismo cuando empecé a entrenar con Orlando.

Como ser un ser despiadado, que no importe nada más que el poder.

—Es hora —papá se acerca a nosotros— el jet ya está listo.

Gustavo es quien ayuda a mi hermano con las maletas y las de Carina, quien ha sido su seguridad desde que llegó de Inglaterra. Ella hace un gran trabajo y yo sé que estando en Bacoli tendrá un poco más de paz, ahora que su hijo llega al país.

Mi hermano da un abrazo a mi madre, pero conmigo es con quien se queda más tiempo. Me transporto a esos días cuando llego del internado, donde después de tantos años mi hermano me volvió a abrazar. Enzo es mi hermanito y por más viejos que estemos yo lo voy a cuidar siempre y lo voy a extrañar siempre.

Camino junto con mi madre hasta la entrada y ambos vemos como mi hermano sube en el auto negro y se despide con la mano a través de la ventana. No sé por qué demonios quiero llorar, no se va por siempre.

—¿Ya soltaste a la mujer? —pongo los ojos en blanco cuando mi madre espeta esas palabras con rabia.

—No, y no lo voy hacer hasta que me diga de dónde sacó información.

—¿Tú padre a dicho algo al respecto?

—No —la miro—. Sabes que papá no se mete en lo que hago.

Nella Mafia © | ITALIA 1|Where stories live. Discover now