Capítulo 19.💄

395 20 4
                                    

Envidia

Muchas veces me he equivocado; pero jamás me he rendido. -Anónimo.



Alessandro

Es como un hermoso sueño, como si esto no estuviese pasando, no sé por qué se siente lejano. Ella se siente lejano. Ya mi mano recorre la perfecta piel de Gianna, disfrutando del tacto y de lo tersa que es. Jamás me había dado el tiempo de tocar así a una mujer.

El brillo que tiene ahora la hace una más perfecta. Me mira con esos ojos casi verdes que no se apartan de mi rostro, como si analizara, como si quisiera ver más allá de mí. Y ella, después de creer que era un libro abierto, ahora mismo no sé qué es lo que pasa por su cabeza.

—¿Qué miras tanto? —susurro.

—¿Cómo es que eres un monstruo? —su mano acaricia mi pecho. Y la pregunta ni siquiera me sorprende, pero ahora mismo ya sé que es lo que pensaba.

—¿En serio quieres hablar de eso? —suelto un suspiro pesado—. Déjame ser feliz al menos en mi cumpleaños.

—Tu cumpleaños fue ayer, sin embargo, estoy dispuesta cumplir tus caprichos, al menos por hoy. —Se estira un poco e intenta besarme.

Ay mujer, tan predecible.

—Sé lo que intentas —aparto mi rostro sin dejar que siquiera me toque.

—¿Qué según tú? —una pequeña sonrisa tira de sus labios.

—Pretendes que con sexo lo arreglas todo. No sé con qué hombres te has acostado, pero con esto no voy a bajar la guardia. —Se queda callada, pero sin quietar la sonrisa de sus labios.

No por nada dijo que sería mía. Ella no tiene ni una idea de lo que pienso y como es que actúo. Por favor, Gianna es la reina, no se va a dejar de nadie, lo hizo solo por amenazar a ese idiota.

—Piensas mucho —su mano baja por mi abdomen—. Entonces déjame adivinar. Te ganaste mi confianza para poder hacer tus jugadas raras y poder controlarme a tu antojo.

No exactamente.

—No pretendía hacer nada de eso, Gianna. Yo quiero que en realidad esto funcione. Tú decidiste que tomarías estas decisiones.

—¿Qué funcione? —una vez más sonríe.

—Nos vamos a casar. No quiero que vivas en una pesadilla conmigo, como ha hecho mi madre. Yo no quiero vivir en una pesadilla en un matrimonio donde nos podemos llegar a odiar.

—¿Pretendes ser una pareja feliz? —se ríe, esta vez con sarcasmo. Cómo si fuera algo estúpido.

—¿Y crees que esto es por mí? Recuerdo tus palabras Gianna. Quieres un príncipe azul.

—Y tú dijiste que no eras ese príncipe —puedo notar la decepción en su tono.

—No te conocía —esta vez acaricio su rostro— Gianna, tienes tu destino en tus manos. Lo que hice, lo hice por tu bien, por nuestro bien.

—¿Matar a una mujer y casi hacerlo con Matteo? —trata de alejarse. No se lo permito

—Primero, no tienes, o al menos aún no, por qué meterte en mis asuntos de si mato a una mujer o no. Segundo, Marino tiene mucha información de la Camorra y créeme cuando te digo si no hacía lo que hice iba a seguir averiguando más. Era solo cuestión de tiempo para que sepa de ti. Matteo solo es tu perdición Gianna. Acabará contigo si no te alejas de una vez de él.

Nella Mafia © | ITALIA 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora