Capítulo 46.💄

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Casualidades

Lo que más me gusta de ti no es lo que veo, es lo que siento. -José Urbano.



Alessandro

La vista se me hace borrosa cada vez que pienso en ella, cada vez que a mi mente llega los lindos y pocos momentos que hemos vivido en estos meses y como todo se va a ir a la mierda en cuestión de minutos.

Nunca me arrepiento de lo que hago, pero esta vez desearía retroceder el tiempo y pensarlo bien.

No ha parado de llamar, no ha parado de mandar mensajes, incluso ha llamado a mi madre, para al menos saber si estoy con ella. Beatriz como buena madre le dijo que no me ha visto en todo el día.

Y mejor para mí, no quiero hablar con ella.

El motivo es simple. Ella ya debe saber el trato que hice con Rusia. Cuando me dijo que Viktor iría a Sicilia, inventé rápido la excusa de que tenía que venir a Nápoles, solo para no estar en ese lugar cuando la bomba llamada Gianna, estalle.

Ya hace casi cinco meses Damien me había llamado para decirme que acepta el trato y que comenzaría a hacer mi pedido. Semanas después me había mando las armas para la policía de Palermo y que mi pedido inicial me lo daría al menos seis meses, claro está que terminó antes.

El punto es que le dije que en cuanto tenga las armas en mis manos yo le daría acceso a Roma, esto con ayuda el comandante Olivetti, con quien ya había hablado igual hace un par de meses sobre este tema. A pesar de que el hombre ya no tiene jurisdicción en la ciudad del Vaticano, accedió a mover ciertas piezas con los hombres que Gianna le dio.

En menos de dos meses todo estaba listo y sin levantar las sospechas de Maximilian que ha estado muy concentrado en encontrar ilegalidades en AlItalia, y con la estúpida excusa de que también busca a mi padre. Tiene muy bien vigiladas las oficinas en las tres ciudades más importantes, pero nada que el equipo de seguridad de Frederick se les vaya de las manos.

En fin, Viktor llegó a Palermo y estoy seguro que sé lo dirá todo a Gianna y ella se dará cuenta de lo que planeaba hacer con la Cosa Nostra.

Y sí, planeaba, porque en estos cuatro meses me di cuenta que ella es muy capaz de mantener en alto a la Cosa Nostra. Bueno, con mi guía lo ha llevado todo muy bien. Quizá quería adueñarme de eso, pero ese amor que nació por ella, solo quiere que la deje ser feliz.

Jamás en mi complicada vida pensé enamorarme de alguien, ni siquiera cuando conocí a Antonella. En mi mente siempre estuvo la idea de que me casaría con alguien para tener hijos y nada más, no quería creer en el amor y esas mierdas. Pero mírame ahora, todo estúpido por una mujer que posiblemente me odie en estos momentos. Rindiéndome para conseguir algo solo para que ella sea feliz.

Quizá solo debería enfrentarla y explicarle todo. Que en cuatro meses me he vuelto loco por ella, que me enamoré de una forma en la que no quiero admitir, que ya no quiero nada más que a ella y que la amo con toda el alma. Que solo me importa ella y nada más.

Debería darse cuenta de eso con todo lo que hago por ella, lo que doy por ella. Pero en ese caso tampoco puedo culparla, debe pensar que todo ese amor y atención es falso.

¡Joder! Soy tan estúpido.

La puerta de mi oficina se abre, y a pesar que di indicaciones de que no quería ver a nadie, mamá jamás me haría caso a una de mis órdenes.

Nella Mafia © | ITALIA 1|Where stories live. Discover now