Capítulo 8.💄

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Curiosa llamada

No puede ser que estemos aquí para no poder ser. - Julio Cortázar.



Gianna

El sol del verano siempre es más intenso y ya toca mi cara cuando soy consciente de que me he despertado. Odio ese hecho más por la razón de que mi cabeza de inmediato empieza dar vueltas.

Anoche.

Mierda, anoche.

Ayer Matteo estuvo llamando todo el maldito día para cenar juntos en su casa, no respondí, porque en realidad estaba muy ocupada en casa con la llegada de nueva mercadería, además de reuniones por video llamada con los representantes de los jefes socios de Alessandro que aún no llegamos a nada, pero al menos saben que soy prometida de Russo.

Como es obvio, Matteo en su maldita paranoia y desconfianza llegó a la mansión, como ya lo había supuesto. Juro si no le veía en las cámaras, los guardias le disparaban. Por suerte, mis padres no estaban en casa, así que solo lo metí en mi habitación por si cualquier cosa pasaba. Después tuve que salir a buscar a Franco para un cambio de anillos y que él no se ponga a preguntar cada cosa.

Ahora mi situación parece de película.

En fin. Se puso intenso por el hecho de que me he perdido durante dos días y que no le daba señales de vida. Claro, uno de esos días pasé distraída con Russo. Salí con excusas sobre que estoy ocupada con el casino y con un nuevo restaurante que vamos abrir. Solo quería que se vaya, pero terminé en la cama con él. Cuando se fue, me sentí como una maldita basura. No era posible que esté engañando de esa manera a Matteo, él vive en una fantasía que nunca se dará. Nosotros no podemos ser nada.

Ya soy dueña de otro hombre.

Después me sentí mal por Alessandro.

Y con todos esos problemas encima, empecé a beber sin control y terminé ebria y llorando en la bañera de mi habitación. Papá me mandó a la mierda por estar en ese estado cuando tenía una reunión importante con Guido Ferri. Jefe de la 'Ndrangheta. No me importó, solo pasé bebiendo aún más hasta las tres de la mañana y ahora ya es medio día.

Ahora mismo no sé con exactitud qué pasa con mi vida, no sé si estoy actuando de manera correcta, no sé cómo voy a romper mi compromiso con él y que no duela. Más a él que a mí. Sé que no se quedará contento con eso y hará lo que sea posible para descubrir mis verdaderos motivos y no puedo permitir eso.

No solo eso, Regina también estuvo llamando, claro que a ella no tengo que mentirle, le dije todo lo que paso con Matteo, bueno, no él hecho de que me iba a casar con él, pero todo el drama que se armó en solo minutos por su maldita insistencia de entrar en mi casa y verme.

Mi amiga me advirtió que tenga cuidado con eso, que, a pesar de toda la seguridad de mi casa, él puede fijarse en detalles que le harán pensar cosas que a mí no me conviene.

Agradecí su consejo, pero no es mi prioridad ahora mismo.

Me estiro en mi cama y me tomo el tiempo de apreciar el despejado cielo antes de levantarme de mi confortable cama y empezar mi día, pero no logro ni siquiera apartar las cobijas de mi cuerpo, ya alguien toca la puerta y no espera respuesta de mi parte. Veo a Pia, entrar con la típica bandeja de madera, donde supongo está mi desayuno.

Ya puedo olerlo.

—Buenos días, señorita —deja la bandeja a los pies de mi cama—. Su padre me dijo que venga a levantarla. Viajaran a Roma.

Nella Mafia © | ITALIA 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora