8 - En la mira

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Kara se despertó temprano al día siguiente. Entre que la asustaron los  borrachos y los movimientos extrañamente táctiles de Luthor en el auto, ella se sacudió y giró durante unas cinco horas mientras su cerebro revolvía y trataba de dar sentido a las cosas.

Podría haberlo hecho sin su propia crisis vergonzosa. Pero la respuesta de Luthor había sido inesperada y desconcertante.

Pero entonces así era Luthor.

Kara salió de la cama y se dirigió a la ducha. El agua tibia corría por su cuerpo, y dejó que su frente descansara contra el frío cristal esmerilado.

Kara consideró lo que había aprendido durante la cena. Luthor había estado preparada para soportar el trabajo más insípido solo para darle la vuelta  Edge que quería que se fuera pero era demasiado cobarde para despedirla.

La pura emoción de Luthor fue impresionante. Así como era el pozo profundo de ira que tuvo que alimentarla. Claramente escondía bien sus verdaderos sentimientos.

Todos sabían sobre su lado sarcástico. ¿Pero su ira? ¿Era su enojo por su degradación la razón de su lengua cruel? ¿O siempre había sido así? Kara se preguntó quién lo sabría. ¿Tal vez Carol?

Se frotó un poco de champú en el pelo mientras sus pensamientos iban a la deriva.

Pronto Luthor saldría se CatCo. Ella tenía ¿qué? ¿Un mes? ¿Quizás dos para cumplir su contrato? ¿Entonces qué?

A pesar de su caída en desgracia, tenía un currículum impresionante y una experiencia que varios editores valorarían. Encontraría un nuevo trabajo, un nuevo propósito. Quizás no en DC, pero lejos de Los Ángeles, probablemente.

Una punzada inesperada golpeó, y ella detuvo su enjuague vigoroso. Debajo de todas las púas, su superioridad había hecho que su horrible trabajo fuera mucho más entretenido. La echaría de menos si fuera completamente honesta.

El recuerdo de la ardiente mirada de Luthor en el auto la noche anterior le vino a la mente. La mano contra su cuello, acariciándola. Llamándola por su nombre por primera vez. Esa extraña sonrisa en sus labios. ¿Qué demonios?

Kara cerró los ojos con fuerza y ​​volvió a inclinar la cabeza hacia adelante contra el cristal. Jesús. Algunos días eran demasiado difíciles.

* *

Quince minutos después, Kara estaba seca, vestida y todavía confundida. Luthor llamó y asomó la cabeza por la puerta contigua. –Desayuno–, anunció. –Acaba de llegar.

Se giró, sin captar el asentimiento de Kara, asumiendo claramente que estaría justo detrás de ella.

Kara recogió la chaqueta que había tomado prestada ayer y la siguió. La colocó cuidadosamente en el respaldo de una silla en la habitación de Luthor.

–Gracias–, dijo Kara y le dio una palmadita.

Luthor asintió y tomó su café.

Kara se dejó caer a su lado en el sofá frente a la mesa de café cargada de comida y tomó una tostada.

Luthor se aclaró la garganta. –Esto vino con el desayuno–. Empujó un trozo de papel hacia Kara. –Es como se esperaba–. Ella bifurcó un segmento naranja de su ensalada de frutas y observó.

Kara desplegó lo que parecía ser un fax, con un logotipo de la Oficina del Gobernador de Nevada prominentemente en la esquina izquierda. Ella lo leyó para a sí misma.

Se está llevando a cabo una investigación interna sobre el aparente robo de cien mil dolares de una cuenta de la Legislatura de Nevada. El gobernador Baker y su oficina están cooperando plenamente para llevar el asunto, del que no tenían conocimiento previo, a una rápida conclusión. No se harán más comentarios en este momento.

Uɴᴇxᴘᴇᴄᴛᴇᴅ Sᴘᴀʀᴋs?  /SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora