XXX - Piensa como un peón

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Kara miró fijamente la pared trasera de la oficina del CEO en Lord Security. Ahora estaba despojada de todos los signos y símbolos que había visto la primera vez que estuvo aquí.

–Kara Danvers–, dijo Lord. –¿De vuelta en DC tan pronto? Felicitaciones por la boda.

Ella se inquietó y trató de no asustarse de que él supiera que se habían casado antes de la fecha dada. DC realmente era una pecera. Esperaba que así fuera como él lo supiera, al menos. –Redecorando, ya veo.

–He decidido que me gusta el toque menos personal.

–¿Quieres decir que si Lena pudo ver tu pequeño santuario racista, otros también podrían?

Su sonrisa ni siquiera vaciló. –En realidad, tengo nuevos planes en marcha. Suficiente sobre mi decoración, ¿qué quieres?

–Vi tu nota hoy en el Wall Street Journal. Fue una lectura interesante.

–Ah, sí. Gran titular: 'El hombre que derribó a Ancllah y al jefe del FBI'. Me gustó esa pieza. Capturaron la esencia de mi racha renegada.

–¿Derribando a Ancllah? No exactamente.

–No aún no. Dale tiempo. Se rumorea que hay un tesoro secreto de quejas contra Lionel Luthor del grupo de secretarias. No es que yo sepa nada sobre dónde está eso o si un expediente llegará pronto a la policía–. Él tosió. –Muchacho ocupado, tu suegro. Será expulsado en poco tiempo.

–Veo.

–Tu falta de sorpresa es interesante.

Kara ignoró eso y se cruzó de brazos. –¿Qué sigue para ti?

–¿Me están entrevistando? ¿Es esta una conversación de fondo informal y acogedora?

–Claro, podemos hacer eso. Mira, el artículo del Wall Street Journal fue vago y, de verdad, estoy aquí porque tengo curiosidad. La historia implicaba que te despidieron de tu empresa de consultoría, si 'un cabo suelto' es una interpretación correcta.

Él se encogió de hombros. –The Fixers no se toman bien la traición por alguna razón. Cuando me convertí en un denunciante heroico y le di la mala pasada a algunos de sus clientes, recibí mis órdenes de marcha. Lo esperaba, pero francamente, tienen suerte de haberme tenido tanto tiempo. Tengo muchas perspectivas.

–¿Qué clientes?

–Sabes que en realidad firmé un acuerdo de confidencialidad–. Sus ojos se entrecerraron mientras parecía sopesar sus opciones. –Pero luego me despidieron. Así que podría hablar. No me asustan.

–Puede que no, pero ¿que hay de la venganza de algunas de las agencias de seguridad que has molestado?

–No se atreverían. Puedo arrojar basura a todos y he tomado las disposiciones necesarias para que todos mis archivos se publiquen si mi muerte es prematura. Entonces soy intocable. Entonces ... ¿los clientes de The Fixers que estaban involucrados? Ancllah, el FBI y el senador Hickory.

–¿El FBI era un cliente?– Kara estaba atónita. –¿Por qué? ¿No podrían hacer lo que quisieran ellos mismos?

–Bueno, para ser específico, era solo el director quien usaba The Fixers, e incluso entonces era principalmente para hacer conexiones comerciales. Aunque le encantaba que pudieran entrometerse en áreas grises donde el FBI estaba legalmente paralizado. Así que The Fixers hicieron algunas pequeñas cosas fuera de los libros, aquí y allá, que el FBI había negado.

–¿Y Hickory? ¿Cómo terminó en su lista de clientes?

–Se arrastró a ver a The Fixers después de que la encantadora Lena Luthor destrozara su reputación la primera vez. Pidió a The Fixers que encontraran una manera de darle más credibilidad y poner en marcha su carrera. Andrea Rojas fue asignada como su asesora y le dijo que tenía que enganchar su estrella a alguien o algo en ascenso. Por entonces, Ancllah se acercó a The Fixers por primera vez, diciendo que tenían una nueva tecnología controvertida en proceso y que necesitaban a alguien en la colina que los defendiera. Alguien leal pero no demasiado brillante. Fue una pareja hecha en el cielo.

Uɴᴇxᴘᴇᴄᴛᴇᴅ Sᴘᴀʀᴋs?  /SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora