Cap 5

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_Me excedí- se quejó Camila mientras aplicaba alcohol a la lastimadura profunda que Lauren tenía sobre la ceja derecha- debí quitarme el anillo y golpear más despacio.

_Lo hiciste bien- la ojiverde le restó importancia- además, yo te pedí que lo hicieras.

Se encontraban en el cuarto que compartían en el edificio que se encontraba justo sobre el cuartel general de A.S.S.O. Cualquiera que viera el edificio pensaría qué hay una universidad de la que nadie hubiera oído hablar jamás, ubicada en algún punto de Miami lakes, tratando de pasar desapercibida. En ese extenso edificio de dos pisos vivían todos los agentes que preferían quedarse allí. Había espacio de sobra para todos, contaba con gimnasio, pista de atletismo, piscina, entre otros sectores que permitían a cada uno poder mantener su estado físico y mental. Para ser tan solo un edificio de dos pisos, contaba con ascensor, algo extraño para cualquier ignorante que por casos particulares visitara el lugar pero que se trataba de nada más y menos que de la entrada principal al cuartel general de la A.S.S.O. Aquel cuartel que se encontraba bajo tierra equipado con todo lo necesario para cumplir con sus misiones.

_Si fuera por mi...-detuvo lo que iba a decir- sabes que no me gusta golpearte, Lauren.

_Estaré bien, no te preocupes- le respondió algo enternecida por la preocupación de su compañera aunque prefirió cubrirlo con un tono de fastidio- son unos pequeños golpes y ya.

Camila suspiró tomando el hielo para colocarlo en la mejilla de la ojiverde en la que se podía ver un moretón. Con su mano libre tomó el tenedor y se llevó un trozo de waffle a la boca, habían decidido comer en el cuarto.

Lauren rodó los ojos, Camila se preocupaba más por ella que por sí misma. Esto lo supo en cuanto salió de la ducha y la morena la arrastró para curarle las heridas a pesar de que era la latina quien se había llevado unos cuantos golpes por parte de Francisco. La respiración de su compañera chocando en su cara no la dejó profundizar sus pensamientos sobre lo ocurrido. Por alguna razón que ella desconocía, a Camila le gustaba tener su rostro cercano al suyo al punto que podría besarla y a ella no le daría tiempo de reaccionar.

Sacudió la cabeza alejando de su mente ese último pensamiento. Cuando visualizó a la chica, esta la miraba con una sonrisa mientras en la mano tenía un tenedor con un trozo de waffle en él. Lauren abrió la boca y Camila le acercó el alimento a los sabios para que probara bocado.

_Están buenos- en cuanto lo probó, Lauren le asintió concordando con ella- no son como el helado pero algo es algo.

_Ya te dije que esta noche pediremos helado, después de la cena.

_Estaba pensando en que podríamos salir a cenar...- desvío la mirada.

_¿Como en una cita?- Lauren bromeó.

_¡Por supuesto que no!- le dió un pequeño empujón- aunque podríamos fingir que es nuestro aniversario y conseguir un postre gratis- ambas rieron antes aquello que hacían más seguido de lo que les gustaría admitir.

_¿Cuántos años quieres que cumplamos esta vez, esposa mía?- preguntó con un acento británico perfecto.

_Creo que 3 años serían los justos, cariño- le siguió el juego.

_Imposible que duráramos tanto- sonrió- no te soportaría 3 meses, mucho menos 3 años.

_Si claro, sígue mintiéndote- se levantó luego de acabar su parte del desayuno y caminó hasta uno de sus cajones para sacar ropa de entrenamiento- iré a entrenar un poco- se quitó la remera quedándose en sostén deportivo.

Lauren dejó su plato a un costado mirando el abdomen de Camila.

_Ni se te ocurra, Cabello- Ella la miró sin entender- ¿te has visto?- apuntó la zona que veía y la morena llevó su vista allí.

Perfect two - CAMRENWhere stories live. Discover now