Capítulo 10: Dulces sueños, baby

1K 102 79
                                    

La luz roja que indica disponible, está apagada. Y eso a Peter lo reconforta, porque no puede más de emoción por contarle a Eugenia de ese encuentro, imposible de creer todavía.

Desde fuera se escucha que suena – "Dame cinco minutos y nada más...sólo cinco minutos y así verás, mirándome a los ojos que no te mentí... que mi amor es todo sólo para ti" (Entre nosotras, yo creo que esa noche le dio más de 5 minutos, pero bueno... es mi apreciación personal)

Los gustos musicales de Eugenia son algo cuestionables (Según quien escribe) Ama la cumbia, y las baladas melódicas y a sus exponentes más significativos. Pero lo más curioso es que todas las canciones que le apasionan, relatan dramas. Cuentan una historia de traición, desilusiones y desencuentros amorosos con tintes de dramatismo absoluto. Y ni hablar de los videos que las representan. Son de un nivel de bizarrismo monumental.

¿Quieren saber cuál es el nivel de lo que escucha Eugenia? Pues... sólo les daré dos ejemplos:

Una canción de fines de los 90 que se llama "Cosas del amor", en donde una mujer le cuenta con desesperación a su amiga que está perdiendo a su marido, y que intuye que le está siendo infiel. Sería fabuloso que vieran el video. Todo es espeluznante, desde lo que dice la letra, hasta el machismo que esboza la amiga, justificando que si el marido la engaña, es porque ella no supo atenderlo. Los vestuarios, el video y TODO tan, pero tan bizarro que causa gracia.

Es como otra de las infaltables en su playlist, de "Pimpinela", de quien es fan confesa y viene siendo la que abrió camino a la anterior en el año 1985. "Ese hombre" del dúo de hermanitos con el cantante español Dyango. De verdad... no pueden no ver esos videos y reír a carcajadas. En ese, el amigo le termina diciendo que el tipo con el que lo engaña su mujer es él mismo (Alerta Spoiler) y esa música y esas letras, son las que Euge ama y canta con devoción casi hasta las lágrimas, con cualquier objeto que le sirva como micrófono.

- ¡Daleeee abrí!

- ¿Podes parar un poco hincha pelotas? ¿Te sigue la cana?... ¡si te siguen acá no vengas que esta noche quiero dormir en mi cama!...

- Siempre supe que si necesitaba ayuda, serias la más indicada en dármela... ¡para algo somos familia! – Y el sarcasmo de Peter, a ella le hace apretar los dientes y meterlo a los empujones adentro.

- La encontré Eugenia... ¡la encontré!

- ¿A quién encontraste?

- A Lali... la encontré... la chica que atropellé... - Eugenia frunce el ceño para ponerse en contexto, pero inmediatamente empieza a curvar sus labios en una sonrisa, porque a ella también la ilusiona que a su primo le pasen cosas buenas.

- Naa... ¿Dónde?... ¿Cómo?

- ¡Já! No te lo vas a creer... ¡Es la maestra que dá las clases de apoyo para Vale, en el club!

Eugenia se muerde el labio y niega con la cabeza... -¡que lo parió! ¿Tan cerca estaba? ¿Cómo está del accidente?

- Digamos que bien, se fracturó la tibia... anda con una bota de yeso, pero ya se la sacan.

- ¿Y qué onda? ¿Qué te dijo?... ¿te puteó?

- Nooo, para nada, es divina, imagínate que ya me sacó el teléfono...

- Jajjaj... ¡qué pelotudo!, seguro porque necesita saber algo de Vale ¡tarado!

Peter se ríe con los ojitos achinados – Sí, está bien... esa fue la excusa que me puso, pero alucino con lo que tardan las minitas en pedirme el número.

7 VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora