Capítulo 49: Salvador

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Ni siquiera una mañana de Reyes, es más feliz para Lali que la de ese lunes en que comienza nuevamente a trabajar.

Sabiendo de la pereza que le causa el madrugón, ¿Quién diría? que esa mañana, logró levantarse en segundos, al ver el mensaje de Peter

-"Hola baby... soy un pesado, ya sé...

- Pero quería decirte, para que lo leas mañana cuando te despiertes...

- Que el martes quiero acompañarte a lo del psicoloco ese que te hace volver al pasado...

- y por ahí, quien te dice...

- que hasta me anime a que me duerma a mí, y me pegue un viaje al más allá...

- ¿Qué decís?

- Ah... y el otro día sonó muy flojito, así que hoy te lo digo posta...

- ¡Te amo Lali!"

No sabe a ciencia cierta que la descoloca más de todo lo que escribió. Si la propuesta de acompañarla a lo de Leonardo, si la intención de someterse a una regresión, o el "Te amo" final.

Todo le suena maravilloso e irreal. Y sin dudas, lo más gratificante, es que él haya aceptado de algún modo pensar en que toda esa locura ilusoria que ella le relató, puede ser cierta. Ya lo de someterse a una sesión, le parece impensable.

Pero luego repara en que ese martes no es un día cualquiera, es su cumpleaños, 24 de agosto, y también le emociona que haya elegido ese día para acompañarla en eso que para ella es tan importante.

Le contesta con un simple y ahogado "buenos días, estoy en shock", ¡Te amo!...y ¡GRACIAS por esto!, porque de veras las palabras y los sentimientos se le agolpan en el pecho, y su día no es uno más, sino uno cargado de mucha ansiedad.

Ese lunes transcurrió mucho más ameno de lo que podría imaginar. Reencontrarse con los niñes, con Jimena y sus compañeras, tiene un sentido de euforia diferente, porque ella está predispuesta sólo a cosas buenas esa mañana. La que la desconcierta bastante es Eugenia, que no la recibe con la cara de culo habitual (porque siempre suele estar malhumorada) sino con una que denota una tristeza particular.

Y recién tendrá que esperar hasta el mediodía, para enterarse de las nuevas noticias sobre Agustín.

- Yo sabía que no podía ser todo tan bueno... el laburo, Agustín, cambiar de vida... era demasiado combo lindo para ser real.

Y a Lali eso la apena sobremanera, porque no concibe que ella misma se coarte su propia felicidad de esa forma, condicionando sus logros por merecidos y demasiado abundantes.

Peter mientras tanto, además del ritual de atender a Valeria, esa mañana vá a dejar sus datos a una distribuidora de repuestos para autos, donde necesitan un vendedor. Quizá, lo llamen y eso marque también para él, un nuevo lunes.

Él no piensa demasiado en eso que le prometió a Lali el día anterior. Porque no lo vé como un logro personal, o algo que ansíe para él. Sólo lo hace por ella, y aunque sabe que significa mucho, tampoco lo tiene desesperado de emoción.

Quizá hasta que experimente la sensación.

Peter casi que ignora que Lali sabe cuándo es su cumpleaños. Para ella ese evento será un momento especial, y sólo se limitará a hacerle una fiesta sorpresa con su familia. Un poco rememorar el domingo anterior, con una torta en la que pueda apagar velitas y pedir buenos deseos. Porque ella sí confía en que de ahora en más, todo será mejor para ambos.

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