Capítulo 50: El Túnel

918 102 82
                                    

"Quand il me prend dans ses bras

Il me parle tout bas,

Je vois la vie en rose"...

"Cuando me toma en sus brazos

me susurra,

veo la vida en rosa"...

"La vida en rosa", es una canción popular francesa que inmortalizó Edith Piaf, una cantante impresionantemente talentosa, pero que bien podría haber participado de mi lista de mujeres proclives a una regresión. Con una vida literalmente ESPANTOSA.

Recuerden lo que siempre les digo, cuando piensen que una escribe dramas, lean biografías reales, verán que siempre la realidad, es mucho más cruel que la ficción.

Esta canción que habrán escuchado hasta el hartazgo, con una melodía extremadamente sutil, agradable, y pegadiza, es el relato breve de una mujer que cuenta lo que es la vida cerca de su amado.

Y describe literalmente que: el sólo saber que él está a su lado, como le habla, como la abraza y compartir esos momentos, le hacen ver la vida en rosa... como un sinónimo de la vida perfecta.

Después de salir de la consulta de Leonardo, tranquilamente podría ser Lali quien cante "La vie en rose", porque ya escuchó y vió, todo cuanto su alma podía esperar de su amor.

Peter en cambio, no sale de su asombro. Experimentó una especie de estampida en su sistema de creencias, en su concepción de la vida, la muerte, las pérdidas, el amor, el dolor y los lazos. Y todo en apenas 1 hora 10 minutos.

Todavía no encaja certeramente, como es posible que todos tengamos un pasado tan diferente a nuestro presente. Ni tampoco que esto sea una espiral de vidas, que se continúan ¿quién sabe hasta cuándo? – (¡Hasta aprender Juanpe!... hasta aprender...)-

Y... ¿Qué pudo aprender Peter de esa experiencia?, primeramente a creer. Creer en su chica, creer en que a veces el amor te hace cruzar barreras que para vos mismo son infranqueables, pero te lanzás a surcarlas, por el simple hecho de que el otre, te dá las herramientas y el poderío como para enfrentarlas.

También aprendió que lo desconocido se atraviesa, como cruzar una puerta, o un túnel, paso a paso. Lanzándose. Porque quizá del otro lado, hay algo que vale la pena, y que puede ayudarnos a potenciar lo que ya conocemos. Algo como transformar positivamente, el miedo y la incertidumbre, usándolos como armas que nos ayuden a fortalecer nuestras propias inseguridades.

Peter aprendió tácitamente, que no todo se resume a lo que vemos. A veces, la verdadera conciencia se logra, cuando creemos en lo que no se vé, pero se siente.

- ¡Necesito que me digas algo JuanPe!... ¡no sé!, si ¿estás bien?, si ¿te gustó?... si ¿hubieses preferido no hacerlo?

Lali y Peter esperan el tren en la estación de Once, para volver a casa, en ese día de cumpleaños número 30 de él.

Le acaricia el óvalo de la cara apenas y la mira fijo a los ojos, luego se muerde apenas el labio incrédulo, y tuerce tu cabeza despacio para agacharse hasta su boca.

La besa sin cautela, invasivo y apasionado. Le come la boca y Lali mira hacia los costados, sonriéndose cuando se aleja, porque le causó un poco de vergüenza semejante chape en medio del andén.

- ¿Eso es que estuvo bueno?

- Vos estás buena... no quiero ir a mi casa, quiero quedarme con vos... quiero terminar y empezar esta década con vos arriba mío, desnudos – y le levanta el ceño sonriéndole apenas - acariciarte la espalda, hasta que te quedes dormida, pero seguirte abrazando.

7 VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora