12. El callejón oscuro.

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CAPÍTULO 12.

EL CALLEJÓN OSCURO.

TORI

Observé atentamente a Vivian llevándose a la boca aquel pequeño vaso de tequila. Se lo bebió de un trago, y luego puso expresión de asco al sentirlo arder en su garganta.

Nada más llegar con Bruno al salón, empezamos a jugar a "Yo nunca", o, mejor dicho, empezaron. El juego, como casi todo el mundo ya sabía, consistía en que alguien decía algo que no habían hecho y quienes sí lo realizaron tenían que beberse un chupito de tequila. Sin embargo, con el pasar del juego era normal que empezaran surgir preguntas incómodas que más que nada buscaban hacer quedar mal a determinada persona.

No tenía ningún pensamiento de jugar porque no quería beber. Mañana había instituto y no quería llegar borracha o tener la resaca del año mientras que escuchaba a los profesores recitando sus explicaciones. Hace ya mucho tiempo que no lo hacía. Ahora ya había reaccionado y sólo bebía los fines de semana en una verdadera fiesta. Esto era más bien una quedada de amigos, donde sin necesidad de beber alcohol se podía disfrutar a la perfección. Pero, claro, no todo el mundo pensaba como yo. Mis amigos necesitaban un poco de ese líquido recorrer por sus venas a cada instante sin importarle las consecuencias.

Menos mal que antes llamé a Bruno para que viniera a acompañarme en esta soledad de sobriedad. Él tenía los mismos pensamientos que yo: no bebía con instituto de por medio. Al menos así tenía a una persona serena con la que poder reírme de los que estaban ebrios o con la que poder intercambiar palabras coherentes sin tener que escuchar estupideces.

Le había tocado el turno a Christian y dijo nada más y nada menos: Yo nunca me he besado con nadie de mi familia.

Vivian siempre decía que todos debíamos decir la verdad en este juego, por lo que miró a los lados temerosamente y tomó con dudas el pequeño vaso que tenía posado en la mesa, bebiéndoselo de un trago y cumpliendo la regla que escribió ella misma. Fue la única que había tomado el chupito en esta ronda de la partida. Todos nos habíamos quedado asombrados con su respuesta.

Nunca en la vida tendría pensamientos de besarme con ningún familiar mío, siendo primo ni nada. Ellos eran de mi sangre y me daría un poco de asco tocarlos de esa manera. Incluso ya me daba con tan sólo pensarlo. Aunque, desde siempre, Vivian había sido más suelta que yo, por mucho que la gente pensara lo contrario. Yo tenía menos experiencia que ella. Mi mejor amiga fue mi maestra en este juego y yo su aprendiz.

Vivian rodó los ojos y se encogió de hombros para darle menos importancia al asunto. No obstante, yo la conocía muy bien y podía descifrar la vergüenza que reflejaban sus ojos.

—¿Con quién...? —quiso preguntar Bruno, igual de sorprendido que yo, pero Vivian le tiró un cojín desde la distancia, interrumpiéndole.

—Asunto privado, muñeco —espetó ella, guiñándole un ojo y sonriéndole.

Me preguntaba lo mismo que Bruno: ¿quién podría ser ese familiar? También me hacía la pregunta de cómo pudo hacerlo. Pero, nada. Mi cerebro no procesaba ninguna información. No era por el shock, porque de Vivian podría esperarme cualquier cosa a estas alturas de la vida, sino por el hecho de que me acababa de dar cuenta de que realmente no sabía absolutamente nada sobre su vida. Era su mejor amiga y parecía que no la conocía en absoluto.

«Si a tu amiga quieres conocer, hazla jugar y beber», recité en mi mente. Si quería saber la verdad sobre su familia, la única forma de lograr sacárselo era con un poco de alcohol de por medio para que la información fluyera sola.

Aguijón Verde [SUSAC#1]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon