37. Solo.

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CAPÍTULO 37

SOLO

ALEX

El fin de semana ya había pasado. El sábado había sido una mota de polvo en el aire. Hoy, lunes, tenía clase de Francés a primera hora y no sabía cómo mirar a la cara a Victoria después de lo ocurrido. No quería ser otro más de sus miles chicos. Por mucho que ella dijera lo contrario, no podía confiar en sus palabras. La mejor forma para camelar a alguien es con palabras bonitas para luego, cuando esa persona tiene ya lo que quiere, echarte a la basura, como el juguete del que ya se ha cansado.

La misma noche del día del beso en su habitación Victoria iba a hacer la típica fiesta que siempre organiza en su casa y ahí era cuando todas sus palabras se irían seguramente con el viento. No había ni una fiesta en la que Victoria no acabase comiéndole la boca a alguien para luego llevárselo a la cama.

Otra de las cosas que no me atrevía a afrontar en el día de hoy: encontrarme con mi mejor amiga. Ese sábado solo le puse un mensaje de excusa y me quedé vagabundeando por las calles con la pierna herida. Por suerte, no me encontré a ninguno de esos hombres, porque si no, estaría acabado. Solo no podía con esa gente, ni con ayuda. No tenía ni puta idea de pelear o de empuñar con las manos un arma. Era principiantes en todo eso. Si esas personas volvieran a por mí, yo tendría que estar esta vez preparado de alguna forma. Debía saber al menos cómo defenderme para escabullirme de ellos.

Por otra parte, también llamé a Keaton para pedirle disculpas por irme sin avisar del trabajo. No me despidió, solamente me dijo que no hacía falta que siguiera trabajando allí, ya que una supuesta amiga mía ya había pagado el nuevo motor y este ya estaba arreglado para que lo recogiera. Cuando me lo comunicó pensé directamente en Victoria. Ella misma me dijo que podría pagarlo para ayudarme y así no tendría que cargarme ese trabajo.

Me daba rabia que lo hubiera hecho. Yo podía llevar mi vida solo, aunque me costara, pero no necesitaba a nadie que me socorriera cada vez que un problema se me presentaba, ni mucho menos que me pretendiera comprar con su dinero. Por mucho que me hubiera ayudado, eso no cambiará mi perspectiva para que vaya a sus brazos.

Ahora me encontraba en el coche con las manos colocadas en el volante. Estaba enfrente del instituto, viendo a los estudiantes con sus grupos de amigos. La situación me recordaba al primer día de clase. En ambas ocasiones tenía miedo de poner un pie en ese edificio. Sin embargo, esta vez me daba más temor salir del coche y encontrarme con mis amigos. Lee seguro que estará súper enfadada conmigo y Dexter estará de su parte, ya que siempre era ella quien tenía razón. La había cagado un montón de veces, pero esta vez... superaba a las otras.

Preferí quedarme dentro del coche hasta que el timbre sonará y todos los estudiantes entraran en el instituto. Sería una buena forma de no cruzarme con mis amigos o con Victoria. Aunque, pensándolo mejor, la mejor opción sería no aparecer por clase. En cambio, si me presentaba, no tendría que pasar más tiempo en la calle con el frío que desprendía octubre. Así que lo mejor será no acudir a la primera hora. No quería estar cara a cara con Victoria. Observar su precioso rostro mientras que tomaba apuntes me parecía algo muy tierno. En las clases de Francés me dedicaba a observar cada movimiento suyo, enamorándome aún más de ella, por lo que no ir a primera hora era una buena idea. Además, seguramente Victoria me atosigará con preguntas. Haberle confesado mis sentimientos fue un gran error.

Mis ojos se percataron de que Victoria llegó junto su grupo. Bruno no se acercó a ella, algo que me extrañó bastante. En cambio, Christian sí lo hizo. Él hizo el amago de acercar su cara para darle un beso en la boca, como solía hacer para saludarla. No obstante, Victoria lo esquivó y se alejó de él con una sonrisa triste.

Aguijón Verde [SUSAC#1]Where stories live. Discover now