Aguijón Verde [SUSAC#1]

25. ¿Por qué yo?

CAPÍTULO 25

¿POR QUÉ YO?

TORI

Hobson me dejó en la entrada del instituto, junto a mi hermano Louis, como hacía todas las mañanas. Ambos caminamos hasta nuestro grupo y todos al vernos llegar nos saludaron. Algunos con dos besos, otros con un abrazo amistoso y los más ignorantes con un gesto con la cabeza. Aunque se podría decir que ahora pertenecía a este último grupo, ya que mis ojos estaban ansiosos por encontrar a Alex. Tenía que hablar con él urgentemente.

Después de aquella pesadilla, en el desayuno, no podía dejar de reproducirlo todo una y otra vez en mi cabeza. Cada escena, cada movimiento, cada palabra, cada personaje... Todo parecía ser tan real...

Me comía la cabeza pensando en que no pude despertar, en que no podía salir de esa pesadilla. Yo era una chica de fácil despertar. Tan solo con empezar a sonar el despertador a primera hora de la mañana ya estaba con los dos ojos bien abiertos. Incluso muchas veces mi cerebro se había despertado cinco minutos antes de que la alarma sonase, como si tuviera un despertador instalado en mi cabeza. Pero al ver que no me despertaba y que incluso a mi hermano Louis le costó hacerlo... me tenía muy preocupada. ¿Y si no hubiera despertado? ¿Habré estado en un pequeño coma? No tenía ni la más mínima idea, pero algo raro estaba ocurriendo aquí y tenía que hablarlo con Alex.

Por un momento, una bombilla se encendió encima de mi cabeza, dándome la idea de que podría ser un mensaje que me quería dar mi subconsciente, porque esa pesadilla tenía que ser eso, ¿no? Sí, tenía que serlo. Yo sola no podía imaginarme esas cosas y más cuando cada escena estaba relacionada con la otra. Yo era creativa para inventarme historias sin sentido, pero no tenía esa capacidad tan increíble de hacerlo tan bien mientras dormía.

«¡ASESINA!». Mi cabeza no podía parar de repetir una y otra vez aquel siniestro grito acusador de mi clon. ¿Yo asesina? ¿Por qué iba a serlo? ¿Cómo iba a ser yo una asesina si me daba pena matar hasta a una pobre e inocente hormiga? No podía ser otra cosa que un mensaje oculto que me estaba dando mi subconsciente. Un mensaje que decía que Zada estaba muerta y yo tenía que solucionar el asesinato para que mi mente descansara en paz.

«Estoy aquí, tranquila». La voz de Alex retumbaba también en mi cabeza. La oscuridad de aquel lugar, el no saber dónde me encontraba, los aterradores gritos de mi clon... Todo eso produjo un miedo inexplicable en mi organismo y él fue capaz de tranquilizarme con tan solo el sonido de su voz. Ese casi beso que me iba a dar con él si no hubiera aparecido aquel hombre... aún me hacía un revuelto de animales que montaban en monociclo en mi estómago. Me recordaba a ese beso que por poco nos dimos en el callejón la otra noche fría, el mismo que fue interrumpido por un mísero gato.

Tampoco me podía olvidar de esos ojos azules que no lograba llegar a reconocer, pero a la vez me resultaban bastante familiares. Alex tenía los ojos casi negros y verlo con los ojos azules me resultaba muy extraño. El negro de sus ojos me intimidaba cada vez que me miraban, pero el azul... me transmitía confianza. Se podía apreciar en ese azul marino cómo las olas se balanceaban en el océano. Ese sonido me calmaba mucho, y por eso mismo, sus ojos me llevaban a una tranquilidad interna indescriptible. No obstante, se escuchó como esas olas se rompieron contra unas rocas, ocasionando el eco de unos bramidos intensos. Y sí, normalmente escuchar como rompen las olas te podía llevar al paraíso, pero este no era el caso porque sus palabras también quebraron algo dentro de mí.

«Confíe en ti...». No entendía nada. No entendía esas palabras. No entendía su significado. Algo tuve que haber hecho para que mi mente reprodujera de esa forma a Alex, ¿pero de qué me quería avisar mi subconsciente? Podía llegar a resolver con facilidad una ecuación matemática, pero la que mi cerebro me estaba pidiendo que descifrara me estaba resultando un gran desafío. Lo único que sabía era que la "X" era el asesino de Zada y tenía que averiguar quién era.