23. La noche del pub.

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CAPÍTULO 23

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CAPÍTULO 23

LA NOCHE DEL PUB

ALEX

Cuando entramos en el local, estaba algo vacío. Solo se veía a un camarero joven, de cabello negro, ojos marrones y cuerpo muy voluminoso, limpiando la encimera con pocas ganas y una camarera, un poco más joven que el chico y con el cabello rosa y ojos marrones, sirviéndole una copa al único cliente del salón. Este era un hombre algo mayor y parecía ser el típico que estaba siempre en los bares emborrachándose para ahogar sus depresiones.

La luz del bar era tenue de un color verde y la música no se encontraba muy alta, solo estaba de compañía para que a los clientes no les molestara y pudieran hablar de sus trivialidades mientras tomaban unas copas.

Victoria caminó hasta la barra para sentarse en uno de los taburetes y le dio una palmadita al asiento que había a su lado, ofreciéndome asiento junto a ella.

El camarero, nada más verla, dejó de hacer círculos con la bayeta, quedándose quieto, embobado en Victoria. Ella se dio cuenta y le dedicó una sonrisa. El chico dejó de hacer lo que estaba haciendo, dejándolo a un lado, y se acercó a nosotros para preguntarnos qué queríamos tomar. Enseguida vino con dos botellines verdes de cerveza, que fue lo que le pidió Victoria.

Ella se acercó la cerveza a sus labios, tomando un sorbo de ese amarillento líquido. Se me quedó mirando cuando volvió a colocar el botellín en la encimera y pasó su lengua sobre sus labios. Seguidamente, me entregó el otro botellín. Acepté la cerveza y, bajo la atenta su mirada, le di un buen sorbo que recorrió mi esófago hasta llegar a mi estómago, saciando la sed que tenía por dentro.

—Nunca viene mal un poco de esto, ¿eh? —comentó ella, bebiéndose de un solo sorbo toda su bebida para luego pedir otra seguidamente.

Me limité a observar como sus ojos se cerraban cada vez que posaba el vidrio sobre sus gruesos labios y comenzaba a tragar, haciendo que su garganta bailase.

No podía esbozar ninguna sonrisa. Todo esto para mí era algo irreal. ¿Desde cuándo Victoria Watson había accedido a pasar tiempo con el Fumeta del instituto? Una chica tan popular como ella, o mejor dicho, la más popular del instituto, no podía andar con una persona como yo. Lo que estaba haciendo le podría repercutir en su estatus social si se enteraban, y eso a los populares era lo que menos les convenía.

—¡Venga! ¡Anímate! —gritó Victoria, golpeando con la parte de arriba de su botellín el cuello del mío. Con el choque provocó que la espuma de este subiera rápidamente y comenzó a salir cerveza precipitadamente.

En un acto reflejo, me levanté del taburete con actitud sorprendida. Puse la mano que tenía libre en forma de cuenco debajo del líquido para evitar que cayera una gota en el suelo y alejé mi cuerpo del botellín para que este no me manchara. El cuenco de mi mano no servía para parar la invasión del líquido de cerveza, que se estaba esparciendo por el suelo.

Aguijón Verde [SUSAC#1]Where stories live. Discover now