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Durante tres semanas todo parecía tan calmado como si nadie quisiera comenzar otra guerra u dañar a alguien.
Todos a excepción de Naomi según el padre de la joven. Él la ha observado aquél día disfrutar dañar a esos animales, no sé sorprendió que al seguirla la vería castigar a humanos malos, delincuentes u aquellos padres homofóbico. Daniel, sabía que todo el poder que su hija posee la convertiría en una amante de ver la sangre de alguien correr por sus manos.
Kim ha vuelto a tener pesadillas pero estaba vez se ve a sí misma corriendo de ella aa, despierta cada vez que un charco de sangré cubre su alrededor, su padre, finge no saber que su propia hija se está convirtiendo en el demonio en persona y por eso se debe aquellas pesadillas.

Naomi se encuentra en la segunda etapa y no queda mucho tiempo para evitar que su corazón se vuelva frío, rencoroso y sobre todo ella dejase de ser quién siempre ha sido, una buena chica.









Daniel:


Siempre temí que mi madre tuviera la razón, me advirtió que tener una hija con Analia podría ser peligroso para la humanidad. Aún sabiendo todo mi sueño era ser padre con la mujer que amaba y cuando se hizo realidad las cosas cambiaron y ahora no sé si debería culparme por lo que Naomi se está convirtiendo sin ella saberlo. Por qué, nadie más a excepción de mi madre y yo, sabíamos que al morir su madre, mi pequeña absorbería el poder de esa mujer. Y como todo exceso tiene consecuencias, mi hija la tendrá o mejor dicho, ya está pasando por ello. He notado sus actitudes más fría que antes, seguirla he ver cómo disfruta castigar, me estruje el corazón y me hace sentir más culpable. Mi hermosa niña que jamás ha salido ni a una cucaracha, está hundiéndose en ese pozo de poder, dónde pronto cuando desee acabar con todo el mundo, lo hará sin dudarlo y no sentiría arrepentimiento alguno, sino satisfacción pura.

Acaricio su melena púrpura, mientras ella yace dormida en mis piernas, tras quedarse dormida al ver una película sangrienta. Nunca la piel se me puso de gallina como hoy al ver la amplía sonrisa de mi hija, tras ver cómo el asesino acuchilló a su víctima sin pudor. Mi princesa fue capaz hasta de reírse al ver morir personas, pese que todo fuera una farsa.
Me pregunto aveces si seré capaz de evitar tener una hija despiadada o tendré que acabar con mi única felicidad y motivo para seguir vivo.


¿Seré capaz de tener que matarla cuando ya la pierda? ¿En verdad valdría la pena hacerlo para el bien de la humanidad?


No lo sé, las jodidas respuesta no las tengo ni mucho menos, llegan.

Aunque, podría salir todo tal como deseo si mis expectativas son ciertas y aquél original de cabello pajoso, estuviese de acuerdo.
Con sumo cuidado, sin despertar a mi hija, me levanto del sofá para hacer una llamada en el jardín, tengo aveces cuidar dónde hablo y que digo, no sería bueno que ella supiera que sucede consigo, podría ser peor si está conciente temprano de lo que tiene pero sabrá entre poco, cuando mi planes salgan como espero.





— ¿Quién se atreve a interrumpir un buen momento con mi hija?— sonrió al oír su molesta voz.





— Te espero en la cafetería del centro en cinco minutos.— cuelgo una vez que hablo.





— ¿Papá?— me volteo al oír su ronca voz de recién despierta.






— Cariño, tengo que resolver unos asuntos, te traeré tus chocolate favoritos a la vuelta.— comento acercándome para besar su frente pero ella no me lo permite, frunce el ceño.


— No hagas eso, odio los afectos de cariño.— su rostro de asco es inexplicable, suelto un suspiro asintiendo, a pesar que tuviera ganas de abrazarla y decirle que la amo, también que jamás dejará de ser mi pequeña y dulce princesa.




— Nos vemos luego..




— ¡Trae de los amargos!— grita una vez que me alejo.




Difinitivamente ya está dejando de ser ella misma, por qué la Naomi que conozco, odia los chocolates amargos. Lloraba cuando compraba uno creyendo que eran dulce pero en realidad terminaba siendo amargo, luego era yo quién se lo tenía que comer para no tirar.








(.....)







— Joder, ¡¿Por que demonios no me lo dijo antes?!— golpea bruscamente la mesa, llamando la atención de los demás clientes.





— No pensaba decirle a alguien, no confío en nadie pero note aquella vez como le brillaba los ojos a mi hija al verte.— confieso.





— Es mi culpa, fuí yo quién le pidió que se fuera... — bebió su bourbon de un solo trago.— Quizás no mataba a su madre y.... Ella no estaria convirtiendose en un monstruo como yo.— observo como su mirada se apaga.





— Se lo suficiente sobre ti como para sorprenderme que sientas culpa y miedo por mi hija.— sonrío de lado antes de darle un sorbo a mi café.







— Es patético que una mujer logré embriagar con su escencia a alguien despiadado.— sonríe bebiendo otro trago más, siendo el séptimo ya.





— Totalmente patético.— su semblante de endurece, lo cual me causa gracia.— Para aquellos que no se han enamorado y tú, te haz enamorado un par de veces, sabes que el amor es mágico por más malo que uno sea.




— Hay algo que no me cierra, ¿por qué creés que podría ser la salvación de su hija?





— La razón es muy simple y tú lo sabes.— comento




El rubio parece pensar, hasta darse cuenta de mi referencia.






— Ella me ama y....





Ese amor podría salvarla.— decimos lo mismo juntos.








Niklaus es mi única esperanza y espero no equivocarme una vez más, ya que, no me lo perdonaría jamás.



(SIN CORREGIR)

He vueltoooooo

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He vueltoooooo....  Bueno, ay no quiero que termine está historia muy pronto. :(

Chica En Llamas ( The Originals) KMWhere stories live. Discover now