La Dama De Hielo || YoriichixTú (TERMINADA)

❄Petición❄

Estaba amaneciendo cuando Narumi terminó sus rezos y se puso de pie. Yoriichi estaba apoyado en un árbol con los brazos cruzados y tenía su mirada quieta en los movimientos de la joven.

—Creo que es momento de volver. Los de mi Clan deben estar preocupados. Le agradezco nuevamente, Yoriichi-san, sin usted, mi vida habría acabado hoy mismo. —cerró sus ojos.

—Esta bien, no agradezca nada.

La joven abrió sus ojos y observó con detención el rostro fino pero masculino del muchacho frente a ella. Sus ojos rojos, carecían de brillo y daba ese aspecto de tener mirada triste. ¿Por qué? ¿Necesitaba un abrazo? El padre de Narumi le abrazaba cuando ella se sentía triste.

Pero no era de buena educación abrazar a alguien que acababa de conocer y no conocía sus movimientos.

—Ahora sí, me voy.

Comenzó a caminar, pero él la detuvo.

—Habías dicho que querías aprender de los cazadores, ¿no?

—Sí.

—Podría enseñarle a tu gente.

Los ojos de Narumi brillaron por primera vez.

—¿En serio?

—Sí.

—Eso sería magnifico pero, ¿tiene tiempo? Debe estar muy ocupado como para enseñar a mucha gente.

—Puedo hacerlo. —respondió confiando.

—Oh, en ese caso, deje llevarlo a mi Clan y darle algo de comida, podría comenzar a entrenarlos en la tarde. Mi gente necesita protegerse no solo de otros clanes, sino de esas criaturas asquerosas que devoran sin compasión.

Yoriichi asintió y siguió a la joven hacia su caballo blanco.

—Se llama Yuki. —comentó Narumi acariciando el pelaje del animal.

Yoriichi también lo iba a hacer, pero el caballo bufó y le dio la espada. Narumi mantuvo una carcajada al ver la cara asustada de su compañero.

—Es algo celoso, será mejor que no suba, puede mandarlo a volar.

Narumi tomó la soga y le hizo una señal a Yoriichi para que lo siguiera.

—¿Usted no pertenece al Clan?

—No.

—Ya veo. Debe ser complicado tener un hermano gemelo, ¿no? Se dice que son mal augurio, pero en realidad yo no lo veo así. En mi Clan hay dos familias que tienen gemelos, y son la cosa más tierna que hay.

Yoriichi simplemente la escuchó.

—Espero no le confundan como yo lo hice.

Nuevamente silencio. Al parecer Yoriichi no era un hombre de mucho habla.

—Llegamos. —comentó la joven.

Enseguida, las personas del Clan comenzaron a acercarse a la joven mientras lloraban y agradecían que estaba bien, haciendo caso omiso al joven que se había alejado un poco para darle espacio a las personas y a su líder. Kiko, la asistente, se lanzó a los brazos de la mujer mientras lloraba de una manera exagerada.

—¡Narumi-sama, es usted una persona muy terca! ¡Nos tuvo toda la noche con el corazón en la mano! ¡Nos alegramos tanto de que se encuentre sana y salva!

Narumi no sabía cómo responder a esa muestra de amor tan explosiva, por lo que simplemente esbozó una pequeña sonrisa y se separó de su única persona que consideraba como una madre.