❄Nervios❄

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Narumi peinó su cabello con sus manos y se hizo una coleta alta. Salió de la casa de Michikatsu y se encontró con Kei y Yuri fuera de ésta.

—Buenos días, Narumi-sama. —dijeron los chicos al unísono.

—Buenas, ¿estuvieron toda la noche aquí afuera?

—Sí, nuestro deber es cuidarle.

Narumi simplemente asintió y pasó de largo buscando señales de su rival. Se encontró con Gin y le saludó a la lejanía. El hombre se encontraba plantando semillas en la tierra, y Makio, su esposa, estaba ayudándole también.

Narumi siguió caminando con la vista al frente, pero no se dio cuenta de que alguien estaba enfrente de ella, y chocó. Dio unos pasos atrás algo despistada y alzó su mirada encontrándose con unos ojos marrón tirado a rojizo.

—Buen día.

—Hola. —respondió la joven—. ¿Ya nos vamos?

—¿No piensas comer nada?

—La verdad no tengo hambre.

Su estómago sonaba por los nervios.

—Entonces si es así, nos vamos.

Narumi asintió y se dirigió a su gente.

—Kei, Yuri, ustedes vuelvan al pueblo. Yo intentaré volver antes del anochecer, se los prometo.

Los jóvenes se miraron entre sí, no querían dejar sola a su líder con su rival, pero debían confiar en sus palabras y obedecerle.

—A sus órdenes.

Narumi subió a su caballo y siguió a Michikatsu hacia la sede de cazadores de demonios. Estaba nerviosa, muy nerviosa.

Cuando llegaron a la sede, Narumi estaba más pálida a causa del sol y de no haber desayunado

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Cuando llegaron a la sede, Narumi estaba más pálida a causa del sol y de no haber desayunado. Michikatsu simplemente la miró y sacó de su haori un paquetito que contenía onigiris.

—Come un poco, no puedes recibir a Oyakata-sama con ese aspecto.

Narumi le miró con cara de pocos amigos, pero no dijo nada y comenzó a comer. Estaba fascinada con el sabor que su boca completa quedó llena de granitos de arroz. Michikatsu esbozó una pequeña sonrisa al ver a que se veía muy infantil y había dejado de ser la Dama de Hielo por un momento.

Michikatsu, involuntariamente, se acercó a ella y comenzó a limpiar los restos de comida que quedaban en su boca. Narumi se quedó quieta y alzó levemente la mirada hacia los ojos de su rival. Volvió a sentirse nerviosa.

—¿Narumi-san? —escuchó la voz de Yoriichi y se alejó de su gemelo a una velocidad increíble, pero atrás de ella había una roca y tropezó.

Ambos gemelos se habían lanzado hacia la joven para evitar que se golpeara la cabeza o alguna parte del cuerpo, y Narumi solo se notaba nerviosa y más confundida. Los gemelos se miraron, Michikatsu se veía irritado, Yoriichi se veía tranquilo, pero por dentro estaba nervioso, o eso era lo que quería creer.

—Yoriichi-san —habló la joven cuando recuperó la compostura—, es un gusto verle nuevamente.

—Lo mismo digo.

Michikatsu los miró, el ambiente que esa pareja emanaba era muy diferente a la que emanaba cuando Narumi hablaba con él. Nuevamente sintió envidia y celos hacia su hermano y decidió marcharse.

—¿Se va? —le preguntó la muchacha.

—Sí. —respondió sin darse la vuelta—. Ya he cumplido con mi deber.

—Ah, bueno. Gracias por su tiempo.

Michikatsu simplemente no respondió y ser marchó del lugar. Narumi miró a Yoriichi nuevamente.

—¿Siempre es así?

—Algo.

—Ya veo. —la joven miró más detenidamente a Yoriichi y levantó una ceja.

Se alegraba de verlo bien.

—¿Sucede algo?

—Nada.

Yoriichi lo dejó pasar, pero se alegraba de ver nuevamente a la chica que no salía de su cabeza hace semanas. Guió a la joven hacia una habitación y cuando la puerta deslizante se abrió, Narumi no pudo evitar sorprenderse. La persona que se hacía llamar Oyakata-sama, no era nada más ni nada menos que un niño.

Miró cómo Yoriichi se inclinaba y Narumi rápidamente le imitó.

—Nos alegramos que goce de buena salud, Oyakata-sama. Hoy he traído a la líder del Clan Hayashi, ya que quiere negociar algunas cosas con usted.

—Entendido, pueden levantar sus cabezas.

Narumi miró al niño, se veía nervioso, al parecer su padre había fallecido hace muy poco y él tuvo que tomar el cargo.

—Oyakata-sama, mi nombre es Hayashi Narumi, me alegra conocerlo. —habló con la voz suave—. Necesito de su ayuda para hablar con los herreros y pedir que hagan armas con la piedra que realizan la nichirinto. Actualmente, mi gente también está siendo entrenada por Yoriichi-san.

—Me he enterado de eso. —habló también con voz suave—. Y respecto a tu petición, necesito que prometa una cosa.

Narumi asintió.

—Lo que sea.

—Tu gente tiene que sí o sí incluirse a la sede de cazadores, y tú, también lo harás. A cambio de eso, nosotros les daremos espadas y armas que necesiten para aniquilar a los demonios.

Narumi volvió a asentir.

—Entendido.

—Gracias, Narumi. Pueden retirarse.

Los jóvenes se despidieron de Oyakata-sama y Yoriichi llevó a Narumi al patio trasero. Estaba lleno de glicinas y había una casucha en la cual había una persona encargada de los primeros auxilios. Narumi observó a las demás personas y apretó sus labios, la mayoría tenían una marca, parecida a la de Yoriichi.

—¿Qué son esas marcas?

Yoriichi bajó un poco la mirada y observó los ojos blancos que le miraban curiosos.

—Son las marcas de los cazadores de demonios, aparecen cuando la persona logra alcanzar su potencial. —explicó con amabilidad.

—Oh, ya veo.

Un chico, de cabello rubio y puntas rojas, se acercó con energía a los jóvenes y sonrió.

—¡Yoriichi-san, es un gusto verlo de nuevo!

Narumi parpadeó. Esa actitud le parecía similar a la de Kiko.

—Rengoku-san...

—¿Rengoku...?

—¡Ah! —el mencionado miró a la joven con una sonrisa—. ¡Me llamo Rengoku Kenjuro!

—Hayashi Narumi, encantada.

Rengoku asintió y con una pequeña reverencia, se alejó de ellos.

—Gracias a él pude ingresar a la sede.

—Oh... —comentó—. Tiene una energía muy... contagiosa.

—Sí. Él usa el aliento de llamas.

—¿Es parecido al aliento solar?

—Sí, es una derivación directa.

—Ya veo.

—¿Quieres practicar con la espada?

Narumi lo observó.

—¿Eh?

—Oyakata-sama lo dijo, usted también debe convertirse en cazadora. Entonces, ¿me permite ser su maestro?

Narumi miró esos ojos rojos que le miraban con amabilidad y sintió su estómago rugir de los nervios, y aún así, decidió aceptar tal petición.

La Dama De Hielo || YoriichixTú (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora