❄Llegada❄

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~Narumi~

Observé a Yoriichi mientras se hacía una coleta, me causó ternura ver que le costaba un poco, por lo que me puse de pie con algo de dificultad y luego le pedí que me dejara hacerlo.

—Tienes el cabello muy suave.

Él no me dijo nada.

—Listo, ya está. —besé su espalda—. ¿Estás emocionado? Este niño ya quiere salir.

—Queda un mes, ¿no?

—Sí, aunque los dolores en mi abdomen me dicen que quieren salir ahora. —me quejé.

A veces sentía que me pegaban patadas muy fuertes. Me acerqué lentamente al armario y saqué una pequeña cajita.

—Feliz cumpleaños. —murmuré mientras estiraba la cajita a su dirección.

Yoriichi me miró sorprendido.

—Narumi... te había dicho que no quería ningún regalo.

—¡Ay vamos! —le sonreí—. Deja mimarte hoy, ¿si? Así que déjame preparar la comida.

Él me miró con desconfianza.

—¡No me mires así! —chillé—. Aunque no lo creas, estuve leyendo libros, además, mi abuela me mandó una carta con las porciones exactas para preparar ramen, así que estoy segura de que esta vez, lo lograré.

Él relajó su mirada.

—¡Vamos, abre el regalo! —le grité emocionada.

Él, con vergüenza, abrió la pequeña cajita en donde se dejaron relucir unos zapatitos rosita. Mordí mi labio inferior y puse mis manos tras de mí mientras lo miraba con cara de inocencia.

—Estos no me quedan buenos.

Y pum, todo el momento tierno se fue a la basura.

—¡¡Yoriichi!! —reclamé.

Él soltó una carcajada que me causó confusión.

—Estaba bromeando.

—Ja, ja, sí que buena broma. —me burle.

Yoriichi sonrió mientras tomaba los zapatitos y luego me miró.

—¿En serio es una niña? —la felicidad en su rostro me contagió.

—¡Sí, es una niña! —le contesté entre risas.

Él me abrazó con fuerzas.

—Gracias... gracias por este lindo regalo.

Acaricié su espalda.

—Ya tienes 25 años, Yoriichi. —le comenté mientras me alejaba de él—. Pero no has tenido reacción alguna... ¿acaso esa marca no hace nada contra ti? Porque si es así, en estos momentos estoy muy agradecida.

Yoriichi llevó su mano a la marca.

—La verdad es que nunca me he sentido cansado o he tenido los síntomas.

—Ya veo. Realmente eres alguien muy especial, cariño. ¡Bien, iré a preparar las cosas!

Yoriichi me siguió de cerca ya que tenía miedo de que algo me ocurriera mientras cocinaba, pues hoy estaba más hiperactiva de lo normal. Saqué la carta de mi haori amarillo y desdoblé la carta de mi abuela.

—Bien —inhalé y exhalé—, yo puedo hacerlo.

—¿De verdad no quieres ayuda?

—No, no, puedo hacerlo. —le respondí.

La Dama De Hielo || YoriichixTú (TERMINADA)Where stories live. Discover now