❄Traición❄

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~Narumi~

Cuando abrí los ojos, me encontraba nuevamente en la habitación de la finca mariposa. Tenía un vago recuerdo de haberme desmayado en el día y ahora es de noche. La ventana estaba abierta y la fresca brisa de la noche me daba en la cara, provocando que mis ojos dolieran un poco.

¿Por qué lloraba? Ah, claro, ya lo recuerdo.

No había nadie en la habitación cuando me quité la intravenosa. Con mis pies descalzos y el camisón blanco de hospital, me dirigí a los murmullos que provenían de una habitación en específico. Estaba débil, y mi hombro izquierdo me dolía mucho.

Casi me caí en una bajada, pero logré apoyarme de un mueble y abrir la puerta en donde provenían todos esos murmullos. Sentí todos los ojos hacia mí. Primero pensé que iban a ayudarme, pero simplemente recibí miradas de odio, rencor y decepción.

¿Por qué? ¿Acaso ya se enteraron que dejé ir a Michikatsu y no lo maté en el momento? Dios, las noticias sí que vuelan rápido.

Pero eso no fue lo que causó más revuelo en mí. Yoriichi estaba siendo acusado también, tenía la mirada fija en el suelo y abrazaba sus rodillas. ¿Qué hiciste, cariño?

—¡¡Debemos ejecutarlo a los dos!!

—¡¿De qué hablan?! —exclamó Rengoku, al parecer era el único con los pies en la tierra.

—¡¡Por favor!! Primero Yoriichi falló en derrotar a Kibutsuji, segundo, permitió que un demonio escapara y lo peor de todo es que su hermano se convirtió en demonio. ¡¡Y al parecer Narumi dejó escapar a Michikatsu cuando tuvo la oportunidad de matarlo!! ¡Ambos deben hacer el seppuku!

Suspiré. El cazador de la respiración del viento era muy pesado, pero tenía razón. Fallamos como cazadores de demonios.

—¿Qué dicen? —preguntó una voz que dejó a todos callados.

Instintivamente, todos nos pusimos de rodillas.

—Oyakata-sama...

—¿Que hagan el seppuku? —preguntó con voz severa y rota—. ¿Por haber fallado en algo que cualquiera de ustedes podría haberlo hecho?

Sentí mi corazón tranquilo. La voz de ese niño era algo temblorosa, pero tenía un tono tan calmado y amable que más de uno se debió sentir como yo.

Miré de reojo a Yoriichi, tenía la mirada perdida y sus ojos llenos de tristeza y dolor. Sentí mi corazón pesado. Ha tenido que pasar por tanto, jamás ha encontrado un poco de paz, pero yo pienso ayudarlo y cumplir sus pequeños sueños para al menos, hacerlo sonreír.

—¿Cómo pueden ser tan inhumanos? ¿Qué pasaría si a ustedes los obligara a hacer el seppuku por no haber asesinado a un demonio que escapó a causas del sol? No voy a permitir que ni Yoriichi ni Narumi hagan el seppuku.

—¡Pero Oyakata-sama!

—Semi, ya está decidido. —sentenció.

Todos los cazadores salieron por petición de Oyakata-sama, y solo quedamos Yoriichi y yo en la habitación.

—Mis niños, no se culpen.

—Oyakata-sama, yo... no pude matarlo, a pesar de que sabía que tenía que hacerlo, no fui capaz. —murmuré mientras sentía mis manos tamblar—. Incluso permití que me mordiera, porque no pude evitar sentir algo de culpa por su decisión.

Sentí la mirada de Yoriichi fija en mí. Quizás pensó que Michikatsu me había mordido por hambre, y yo también lo pensaba así, pero algo en él me decía que se había dado cuenta de lo que hacía.

—Narumi, está bien.

Asentí mientras limpiaba mis lágrimas.

—Puedo permitirles seguir en la institución, si lo desean.

Miré a Yoriichi, él tranquilamente me dio una sonrisa vaga y negó.

—A pesar de que lo permita, Oyakata-sama, de todas maneras renunciaré.

Lamí mis labios.

—Yo también, Oyakata-sama. Ya he llegado a mi límite y no quiero ser una molestia para los demás cazadores. —bajé mi cabeza hasta tocar el suelo con mi frente—. Estoy eternamente agradecida por todo lo que ha hecho por mí, estoy en deuda con la familia Ubuyashiki, así que de todo corazón, pido que mis futuros descendientes le sirvan como cazadores y le sean fiel.

Sentí la mano del niño tocar mi cabeza y levanté la mirada. Tenía una sonrisa tan pura e inocente que no pude evitar llorar nuevamente. Ma abrazó con fuerzas.

—Gracias a ti, por serle fiel hasta último momento a nuestra sede. Fuiste una cazadora muy fuerte, Narumi.

Yoriichi también agradeció y ambos salimos de la habitación en silencio. Sentí sus brazos rodearme y no dudé en responderle de vuelta, sentir su corazón latir con fuerzas fue música para tranquilizarme.

—Lo siento. —murmuró—. Siento arrastrarte conmigo.

—¿Qué dices? Es mí decisión querer seguirte, Yoriichi.

Levanté la mirada y le di un beso en su mejilla.

—Es momento de que encuentres un poco de paz, cariño. —dije la último con algo de vergüenza, pero pude ver que las mejillas de Yoriichi se tornaron rojas.

Tomados de la mano, lo guié al lugar que nos bañamos. En silencio, abrí un hoyo en la húmeda tierra y planté la semilla del sakura.

—Hissho. —murmuré y Yoriichi asintió.

—¿Cuándo quieres irte?

—Mañana por la mañana, quiero pasar este último tiempo con mis niñas. —le comenté mientras sentía la agradable sensación de pisar la tierra húmeda con mis pies desnudos.

—Entendido, yo iré a buscar un bolso y voy para allá.

—Bueno, te espero entonces.

Caminé a la finca mariposa para cambiarme de ropa y despedirme de las niñas, pues mi trabajo aquí como ayudante y cazadora, llegó a su fin. Las niñas estaban en mi habitación cuando entré, tenían los ojos llenos de lágrimas y se lanzaron a mí sin avisarme.

—¡¡Narumi-san, no te vayas!!

—¡¡La casa sin ti será aburrida!!

—¡¿A quién le contaré mis historias de amor?!

—¡¿De quién me reiré cuando intenta cocinar?!

No pude evitarlo y me reí mientras lloraba.

Se separaron de mí y las observé en silencio.

—Nos enteramos de lo que pasó, pero no te sientas mal. —dijo Kaori—. Nosotras siempre vamos a estar para ti, así que no olvides mandarnos cartas cuando algo genial te pase.

—¡Sí!

—Lo prometo. —hicimos la promesa del meñique—. Gracias por todo, de verdad son unas mujeres increíbles.

Las niñas nuevamente lloraron. Abracé a cada una y luego me ayudaron a ordenar mi bolso. Me bañé rápidamente y dejé mi cabello húmedo para que se secara con el fresco de la noche, pues mañana dejaríamos la sede.

Yoriichi entró a la habitación pidiendo permiso, y las niñas hicieron el mismo escándalo que conmigo. Yoriichi estaba avergonzado de las preguntas que le hacían, a lo que yo sólo me reí.

—Los voy a extrañar, de verdad —suspiró Kaori—, pero piensen que este es su destino, que es el camino que deben seguir para encontrar un lugar lleno de paz, armonía y amor. Sus caminos se cruzaron para estar juntos, y esta es la aventura y libro que deben comenzar a escribir para nuestras futuras generaciones.

—Sí, tienes razón, gracias por tus palabras, Kaori-chan.

—¡Ah! Y también pido ser la madrina del futuro hijo que tengan.

Yoriichi y yo nos sonrojamos. Kaori y las niñas estallaron en carcajadas a lo que nosotros les seguimos. Pese a que nuestros antiguos compañeros nos tacharon como traicioneros, siempre, pero siempre al final del día o de la noche, encontrarás a los que realmente son tus mejores amigos.

La Dama De Hielo || YoriichixTú (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora