La dama de Hielo era conocida por su actitud distante y fría que dejaba en cualquier lugar que pasaba, pero eso no prohibía la mirada de los hombres ante la belleza de aquella muchacha.
Sus ojos blancos, parecían dos cuencas vacías y sin vida, pues...
Cuando abrí mis ojos, lo primero que vi fue las sábanas de futón, ¿tanto frío hacía? Entonces un dolor en mi entrepierna se hizo presente y volví a la realidad. Sentí mis mejillas muy calientes y como mi cuerpo poco a poco reaccionaba a lo recordado anoche.
Sinceramente, Yoriichi me sorprendió, jamás pensé que en este tipo de experiencias, iba a dejar de ser el chico tan tímido como suele ser, pero he de admitir que sentía su vergüenza y nervios de hacerme daño.
Todavía recuerdo sus labios besar cada parte de mi piel y sus pequeños gemidos de placer.
Me di la vuelta para encontrarme con su rostro relajado. Tenía sus ojos cerrados, sus mejillas sonrojadas y sus labios entre abiertos lanzando pequeños suspiros que me causaron ternura. Su largo cabello estaba suelto y esparcido por toda la almohada. Anoche, verlo con el cabello suelto, provocó en mí cosas inexplicables, pues se veía mucho más maduro y guapo.
Era la primera vez que lo veía con el cabello suelto y no me quejaría si esta no fuera la última vez.
Llevé mi mano a su mejilla y la acaricié con mucho cuidado de no despertarlo, pero mi sorpresa fue con abrió sus ojos y tomó mi muñeca con su mano.
—¿Te sientes bien? ¿No te duele?
Sus preguntas me dejaron en vergüenza, pero me sentí mal enseguida cuando en sus ojos pude sentir su verdadera preocupación. Me acerqué más a él y besé sus labios con dulzura.
—Me siento bien, no te preocupes. El dolor es mínimo. —le sonreí para transmitirle mi tranquilidad—. Gracias por preocuparte.
Él se sonrojó.
—¿Tienes hambre? Iré a comprar algunas cosas en el pueblo que hay cerca de aquí.
—¿Puedo ir contigo? Quiero conocer a las personas y comprar algunas decoraciones para el hogar. Este lugar... parece algo frío.
Casi suelto una carcajada. Es irónico que la antigua Dama de Hielo haya encontrado a una persona que le llene el corazón de calidez pura.
—Claro, vamos.
Lo bueno de Yoriichi, es que no me cree una mujer débil. Sabe que si algo me pasa, podré defenderme gracias a mis conocimientos de cazadora, pero también soy consciente de que tiene ese pequeño deseo de querer cuidarme de los males.
Yoriichi se sentó en la cama y talló sus ojos, su cabello estaba todo desordenado. Me senté también y le di un abrazo, solo para poder poner mis manos en su suave y largo cabello. Pude sentir que él también me abrazó, pero su agarre no era tan fuerte, ya que estaba recién despertando.
—Iré a darme un baño.
—Claro, yo iré después.
«Aunque podríamos bañarnos juntos para ahorrar agua». Me regañé mentalmente por mis pensamientos.
Yoriichi se puso de pie y salió de la habitación, momento que aproveché para seguir durmiendo hasta que su dulce voz me despertó.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
