La Dama De Hielo || YoriichixTú (TERMINADA)

❄Nueva vida❄

~Narrador~

Narumi dejó su bolso amarrado en la montura del caballo. Tenía la mirada perdida, pero no pasaba por alto las miradas y murmuros que les dirigían los cazadores que estaban entrenando.

La noticia de que Yoriichi casi asesinó a Kibutsuji, se extendió por todas las sedes existentes de los cazadores, hasta las personas que creían en los demonios, se enteraron y se hizo noticia.

Pero nadie mencionaba el hecho de que Michikatsu se había convertido en un demonio, y era algo que preferían dejar de lado, pues a Yoriichi le parecía triste, le parecía desgarrador que su hermano, por miedo a morir, haya escogido el camino más fácil e inhumano.

Narumi también estaba triste, pese a que intentaba sonreír ligeramente, en su cabeza siempre estaba rondando la noche en la que lo pudo conocer. Ya no era Michikatsu, sino Kokushibo, y ese nombre la iba a atormentar por el resto de sus días.

Rengoku se acercó a Narumi, quien tenía sus ojos vidriosos a causa de las lágrimas que se le acumulaban.

—Narumi-san...

La mencionada se dio la vuelta y miró a Rengoku con tristeza. No dijeron nada más, simplemente se dieron un abrazo apretado y él finalmente terminó por irse. Yoriichi también se despidió de Rengoku y finalmente llegó donde su amada.

—¿Estás lista?

—Claro.

Narumi echó un último vistazo a la sede, y subió al caballo con ayuda de Yoriichi para luego él montarse y salir de ahí con un sentimiento amargo. La joven abrazó a Yoriichi por la espalda mientras iba mirando el camino. Pasaron por varios campos de arroz, y las personas que estaban plantando, les saludaban con tanta alegría y respeto, que en ese momento, Narumi supo lo que quería.

Quería tener una familia, una casa y una plantación de arroz y miles de árboles de cerezos y glicinas para ahuyentar a los demonios. Y quería todo eso con el hombre que iba delante suyo.

Narumi llevó una mano al largo cabello de Yoriichi y alzó una ceja. ¿En qué momento había crecido tanto? Además, Narumi creía que se le veía extremadamente atractivo el cabello largo y desordenado.

Su corazón comenzó a latir y Yoriichi se dio cuenta de eso, a parte del olor que emanaba el cuerpo de la chica era muy diferente a como otras veces.

El caballo los iba guiando, pues no tenían un destino, pero si encontraban una cabaña abandonada, ese sería su nuevo hogar.

Y así anduvieron hasta que la profecía se hizo realidad, ahí, frente a sus ojos, había una cabaña abandonada. Narumi se sintió relajada y bajó del caballo imitando a Yoriichi.

—Creo que este es nuestro lugar.

Yoriichi la miró a los ojos y asintió.

—Estoy de acuerdo.