La dama de Hielo era conocida por su actitud distante y fría que dejaba en cualquier lugar que pasaba, pero eso no prohibía la mirada de los hombres ante la belleza de aquella muchacha.
Sus ojos blancos, parecían dos cuencas vacías y sin vida, pues...
Los cazadores de demonios se encargaban de aniquilar a todos los demonios que atormentaban a la comunidad humana y los mataban sin piedad. Éstos tenían diferentes habilidades y diferentes rangos de niveles, pero últimamente, muchos cazadores murieron y la brigada está bajando su poder máximo.
Narumi llegaba de una misión más cansada de lo normal, se sentía mareada y con ganas de vomitar. El sudor frío de su cuerpo era una señal de que la marca en su cuerpo estaba haciendo de las suyas.
Kaori, quien estaba apunto de tender una sábanas, se percató de que su amiga iba caminando cargándose en su espada en un aspecto para nada favorable. Soltó la canasta y con rapidez se acercó a la joven.
—¡Narumi!
La menciona, antes de caer desmayada, miró a Kaori con los ojos muertos de miedo y decepción. Kaori rápidamente pidió ayuda a los cazadores más cercanos, sin pasar por alto la mirada dirigida, y maldecía internamente al no ver a Yoriichi o a Michikatsu cerca, pues Narumi podría estar manifestando los síntomas de la marca que finalmente terminará por matarla.
—¡Gracias! —agradeció a Rengoku, quien había cargado a la chica—. ¡Niñas, traigan paños con agua fría, ya!
Las niñas, desesperadas, le obedecieron. Kaori destapó sus ropas revelando su pecho y puso su oreja en su corazón para escucharlo. Latía, pero muy lento. Conectó una intravenosa para pasarle suero y luego envió un cuervo a los gemelos Tsugikuni.
Yoriichi había ido a una misión ayer.
Michikatsu... de él no se sabía nada desde hace semanas.
—Por favor... que lleguen rápido a ellos.
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La noche ya había caído, y Yoriichi estaba caminando de regreso a la sede, cuando el cuervo de Narumi, se posó en su hombro. Alzó una ceja, nunca había tenido la presencia del cuervo de Narumi.
Esperó en silencio a que hablara.
—¡Caw, urgente! ¡¡Narumi ha llegado en un estado desfavorable y ahora se encuentra desmayada!! ¡Puede ser a causa de la marca!
Yoriichi, al escuchar eso, corrió lo más rápido que pudo y entró a la sede con el corazón latiendo a mil. Los demás cazadores vieron sorprendidos con la velocidad en la que se dirigía.
Entró a la finca mariposa y Kaori suspiró.
—Gracias al cielo...
—¿Q-qué le ocurrió? —preguntó acercándose a la camilla en donde descansaba la mujer.
Tomó su mano con delicadeza.
Kaori miró a Yoriichi antes de hablar, estaba muy preocupado, se le notaba a leguas.
—Venía llegando de una misión cuando de la nada se desmayó. —comentó—. Puede ser consecuencia de la aparición de su marca, pero algo en la mirada asustada que me dirigió, me dice que hay algo más que ella solamente lo sabe. Pero hay algo que no me calza.
