❄Pesadilla❄

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Narumi observó de lejos su Clan, todos se veían con sonrisas y compartían una comida, un banquete gigante. Había un grupo que tocaba música y un grupo de bailarinas con bonitas y elegantes ropas. Los niños corrían alegremente, jugando a los pillados, y otros estaban practicando con sus espadas de madera.

Narumi tenía la intención de acercarse, pero alguien la tomó de la pierna.

—¿Narumi, por qué nos abandonaste?

La líder del Clan se dio la vuelta y gritó al ver a la niña que estaba frente a ella. No tenía piernas, y gran parte de su rostro no tenía piel ni forma.

—S-sumiko...

—Yo quería ser una cazadora, Narumi...

—Lo siento tanto... —comenzó a llorar.

—¡Tus perdones no nos importan! —gritaron las demás personas del Clan, quienes se mostraban mutilados, decapitados, llenos de sangre y con miradas de odio hacia Narumi.

Narumi los miró con temor, se tapó los oídos con fuerzas cuando comenzó a escuchar los gritos desesperados de su gente siendo devorados y de los niños pidiendo a gritos que por favor se detuviera, ya que Narumi iba a llegar para salvarlos.

—Por favor, deténganse.

—Hija... —sintió la voz de su padre.

Levantó la mirada y su padre la miró con una sonrisa.

—No te culpes, no es tu culpa.

—Pero... ¡padre! —gritó entre llantos—. ¡He roto una promesa, no pude proteger a mi gente! Soy una deshonra, no merezco vivir, ¡debí haber muerto el día que enfermé!

El padre de Narumi, miró a su pequeña luz, se veía tan indefensa y vulnerable, que sintió su corazón detenerse. Se arrepentía de no buscar una cura para su enfermedad y no estar con su hija para apoyarla, era muy pequeña cuando tuvo que tomar el cargo.

Pero él le tenía fe, y tampoco podían evitar algo que alguna vez iba a suceder. Los demonios cada vez iban aumentando, más hambrientos estaban, y encontrar a personas en los clanes o pueblos pequeños, era el nido para un ataque así.

—No te frustres. No llores. Ya pasó.

Narumi limpió sus lágrimas con lentitud. Jamás había perdido la cordura de esa manera, menos en una pesadilla.

—Es tiempo de irme.

—No... te necesito conmigo, padre.

—Confío en que te volverás una gran cazadora con un poder increíble, pero despierta. No preocupes a esas personas que actualmente son indispensables en tu vida.

Narumi simplemente asintió. Su padre se desvaneció lentamente, al igual que los demás miembros de su Clan, quería pedirles perdón nuevamente por no haber estado allí para protegerlos, pero sabía que debía dejarlos ir en su odio.

Los gemelos no se despegaban de Narumi en ningún momento. Simplemente se pusieron de pie cuando notaron las mejillas de la joven mojadas a causa de las lágrimas. Al parecer había tenido una pesadilla.

A Michikatsu le molestaba un poco tener la presencia de su hermano gemelo menor, a ese que odiaba y envidiaba por tener un poder obsequiado desde que nació. El reencuentro de ellos había sido vergonzoso para Michikatsu, ya que tuvo que ser salvado por Yoriichi luego de que su grupo fuese atacado por un demonio. Eso claramente lo hacía ver inferior.

—Hermano...

—¿Qué pasa?

—¿Qué sucede si Narumi-san no despierta?

Michikatsu observó sorprendido a Yoriichi, no pensó que iba a estar desconfiado o pensando en las malas situaciones respecto a Narumi. Pero la verdad era que, el hermano mayor también tenía esa pregunta rondando su cabeza la mayor parte del día.

—Ella va a despertar. Hay que darle tiempo.

Yoriichi asintió lentamente.

Kaori entró a la habitación.

—¿Siguen aquí? Vayan a comer algo, yo me quedaré con Narumi-san un tiempo.

—Pero...

—Nada de peros, arriba y fuera. Narumi no escapará, y lo más grave que puede suceder es que deje de respirar, pero gracias a Dios eso no es tema todavía.

Los gemelos salieron de la habitación y Kaori suspiró.

—Cielos Narumi-san, a esos dos de verdad le importas. Ya quiero que despiertes, me gustaría conocerte y creo que podrías ser de buena ayuda para esta finca, además... Yoriichi-san me comentó que quieres aprender la respiración de flores. ¿Sabes que ha estado buscando los nombres adecuados y adaptándose a tu fuerza. Él realmente es alguien admirable, y su hermano... tiene una historia muy al trasfondo. Ya no es un samurái, ¿lo sabías? Ahora está completamente dedicado a ser un cazador, pero al final de cuentas, es una buena persona.

Kaori suspiró.

—Creo que te estoy agobiando, ¿no? Entonces creo que me iré, los chicos ya deben estar afuera de esta habitación esperando a que salga. —tocó la frente de la joven—. Tienes una suerte increíble.

Se puso de pie y salió de la habitación, y ahí estaban los gemelos con caritas de cachorros.

—Ustedes de verdad no se cansan.

Yoriichi bajó la mirada.

—Lo sentimos...

Kaori esbozó una sonrisa y se puso de puntillas para acariciar la cabeza de los jóvenes. Se alejó de ellos con la intención de darles espacio, pero se quedo quieta cuando vio que un cazador cayó al suelo tosiendo y convulsionando.

—¡Urokodaki-san, quédese quieto! ¡Vamos, utilice la respiración de concentración total!

Los gemelos escucharon los gritos de Kaori y corrieron a donde estaba la joven.

—¿Qué sucede?

Todos estaban alrededor de Urokodaki, un usuario del aliento del agua. Kaori acercó su mano al cuello del chico para tomar su pulso, pero se alarmó cuando no lo sintió. Sin mirar a los demás, dio la noticia.

—Está muerto...

—¡¿Qué?!

—¡Pero si es tan joven! —exclamó Rengoku.

—Marca... 25 años... —Kaori miró a Yoriichi quien estaba con una mirada estupefacta.

Se sentía culpable de llevar a sus aprendices al límite.

—Al parecer todos los que manifiestan estar marcas dan a cambio su vida por un poder casi igual al que de Yoriichi. —explicó Kaori más calmada—. No es tu culpa si es que te sientes así.

—¡Así es, Yoriichi-san! ¡No se preocupe! Puede sonar frío, pero gracias a Urokodaki-san nos pudimos enterar del verdadero uso de estas marcas. La verdad es que nos da lo mismo morir por eso, ¡es el costo de tener un poder para defender a la humanidad! —exclamó Rengoku a lo que todos lo apoyaron.

Yoriichi asintió algo relajado, pero el único que no podía soportar la idea de morir tan joven por una marca que todavía no se manifestaba, era Michikatsu.

La Dama De Hielo || YoriichixTú (TERMINADA)Where stories live. Discover now