Capítulo 19

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Aline

Estaba en el departamento, acababa de llegar de trabajar, solo podía mirar por la ventana admirando de nuevo el paisaje, eso era lo único que podía hacer y lo único que lograba darme un poco de paz, ver el panorama se había vuelto una de mis actividades favoritas en estos años.

El sonido de la puerta abriéndose me hace regresar a la realidad mientras me recompongo en el pequeño sofá en el que estaba, me acomodo un poco y solo miro en aquella dirección.

-claro, más tarde te llamo- Adrien entra hablando por teléfono- hasta luego.

Termina y deja sus cosas para acercarse a mí, deja un beso en mi mejilla y se sienta en el sofá frente a mí.

-¿todo bien?- pregunta y asiento- creo que debemos de hablar de algo, cariño.

Lo miro mientras abrazo la frazada a mi cuerpo y solo espero porque continúe.

-¿qué pasa?- logro articular por fin en voz baja.

-debemos de ir a Francia- responde y eso me hace mirarlo de nuevo- tu familia quiere hablar contigo.

-no tengo nada que hablar con ellos- respondo de mala manera- y no debemos de ir a Francia.

-Aline- comienza- son tu familia, han pasado años desde que te alejaste de ellos- prosigue- ¿no crees que es momento de que hagan las pases?

-no- respondo- no lo es.

Suelta un suspiro cansado.

-Aline- me llama y volteo lentamente a mirarlo quitando la mirada del piso- se trata de tu abuelo- eso sin duda alguna logra ponerme alerta- tu madre ha dicho que quiere hablar contigo.

Había hablado con mi abuelo todos estos años, él no había mencionado nada sobre esto la última vez.

-hable con él hace días- respondo poniéndome de pie- él está bien- camino hasta la cocina con mi taza en manos.

-no está bien- escucho su voz detrás de mí.

-él está bien- volteo a enfrentarlo, las palabras salen de mi boca con dureza- él está bien, Adrien, debe de estarlo- siento mis ojos cristalizarse, y sin más quito la frazada de mi cuerpo mientras me pongo mis zapatos.

-¿qué haces?- pregunta él con curiosidad.

-saldré- respondo.

-voy contigo.

-quiero estar sola- tomo mi bolsa y antes de que pueda decir algo más salgo de aquí, subo a un taxi y solo le doy la dirección de un parque que se encuentra cerca al cual llegamos después de unos minutos, pago y bajo de este para simplemente comenzar a caminar mientras abrazo mi pequeño suéter a mi cuerpo, tomo asiento en una banca y solo puedo dedicarme a mirar a un punto frente a mi, no sé que miro y la verdad no me interesa, mi vista solo está ida frente a mi, no pensaba en nada, no hacia nada, no quería nada, me pongo de pie y camino ahora con dirección a uno de mis lugares recurrentes en este tiempo.

-¡nuestra francesa favorita!- Allan grita detrás la barra en donde está sirviendo bebidas, el bar estaba algo desierto, solo había unas cuantas personas a la distancia, camino hasta el moreno de ojos azules y tomo asiento frente a él quien me mira con una sonrisa- ¿qué es lo que trae a nuestra pelirroja aquí?- pregunta el moreno, Allan se había convertido en un buen amigo.

-tenía mucho sin venir- respondo sin más y ríe.

-chica, estuviste aquí hace tres días, fue un milagro que no vinieras los dos días anteriores- ahora quien ríe soy yo mientras acomodo mi cabello, está a punto de decir algo pero se calla y mira algo para después abrir sus ojos con asombro y mirarme- ¿vas a casarte?- pregunta y miro al mismo punto que él, el anillo de compromiso en mi dedo.

Tu nombre en mi pielWhere stories live. Discover now