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Hoy finalmente el primer mes desde que ambos chicos empezaron a salir llego y con ello claramente se encontrarían para poder celebrarlo de alguna forma, siendo por petición de la mayor una cita en el zoológico ya que llevaba tiempo sin ir y se le hacía bastante ilusión.
El timbre de su casa resonó por todo el lugar dando a entender la llegada del pelinegro para que pudieran salir a su próxima parada. Se levantó algo nerviosa y fue hasta la puerta principal para recibirlo con una sonrisa, totalmente lista.
-Feliz primer mes, Keiji.- Murmuro ella antes de abrazar con todas sus fuerzas al pelinegro, quien no tardo en corresponder su abrazo rodeando su cintura con fuerza, realmente la extrañaba cuando pasaba tan solo unos días lejos de ella.
-Feliz primer mes, ___-chan.- Respondió el con una pequeña sonrisa, en lo que obligaba a su pareja separarse un poco de su cuerpo para así poder besar sus labios con comodidad.
En cuanto ambos se separaron de forma inmediata la castaña tomo la mano de su novio para entrelazar sus dedos en un fuerte agarre, comenzando así su caminata hasta la estación de trenes.
El camino fue silencioso como la mayoría de veces pero no era algo que los incomodara, ___ sabía a la perfección como era Akaashi y aunque ella fuera de hablar mucho, se había acostumbrado al silencio habitual que había cuando ambos estaban solos, podía jurar que incluso se había enamorado de él por solo ser parte de su novio.
-¿Alguna vez haz venido?.- Preguntó curiosa la chica en lo que veía a los lejos a unas cortas cuadras de ellos el gran zoológico, él tardo un poco en responder, se notaba que realmente lo pensaba.
-Una vez de excursión, pero ya no recuerdo como era.- Dijo finalmente, tomando por sorpresa a la chica, quien había perdido la cuenta de cuantas veces había ido a ese lugar ya.
-Pues que buena suerte, porque tienes a la mejor guía de todas al frente tuyo.- Respondió ella con una gran sonrisa, que fue contagiada al menor, quien solo le acaricio su cabeza como respuesta a ello.
En cuanto llegaron Akaashi pagó las entradas como era de esperarse en lo que la castaña compraba un helado.
-¿Quieres?.- Lo miro en lo que ponía el helado frente a las narices del chico, quien solo se negó como siempre.
-Tal vez si quiero pero no de allí.- Contesto dejando totalmente confundida a la mayor, ¿era por qué ya había comido de este?
El pelinegro solo se acercó a su rostro y lamió sobre los labios impropios tomando por total sorpresa a la ojimarrón, la cual no tardo en ponerse totalmente roja por ello.
-Eres un tonto, Keiji.- Chilló totalmente avergonzada, a lo que él solo la miro de forma divertida, cada vez que salían sentía que realmente tomaba más confianza y no sabía si sentirse feliz por ello o molestarse por las situaciones vergonzosas que le hacía pasar.
