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Hoy era el segundo mes entre ambos chicos enamorados y por ello habían salido a celebrarlo ese día en una cita que fue totalmente planeada por el pelinegro y gracias a eso ahora mismo se encontraban en un teatro mirando una de las tantas versiones de "Romeo y Julieta".
Desde que ambos habían salido de casa ninguno había soltado la mano del otro por el momento, sin importarles si alguna posición por ello era incomodó o si en algún momento la mano del otro sudaba por el calor, lo único que querían era no perder el tacto de sus manos sin importar el que.
-¿Por qué son tan injustos?.- Preguntó en un susurro la chica, con un puchero en labios ante la historia, abrazándose ahora del pelinegro como si se lo fueran a robar en cualquier momento.
-Es una historia, solo eso.- Murmuro el en respuesta, rodeando los hombros de la castaña con su brazo, en un intento de tenerla más cerca suyo.
-Espero que nunca nadie nos separé así.- Dijo ahora ella en lo que ocultaba su rostro en el cuello del chico, oliendo como era ya costumbre su aroma que en definitiva era uno de los favoritos ahora para ella.
-No dejaré que lo hagan.- Fue lo último que susurro él antes de besar sus labios de forma corta, volviendo a poner su atención totalmente en la obra, a la cual aún le faltaba un final y ahora de alguna forma él comenzaba a arrepentirse de escoger esta, solo esperaba que no se pusiera muy sensible con el final, porque al parecer, ella no había leído tan reconocida historia,
Media hora más basto para que todo terminara y ahora los ojos azules de Akaashi se dirigieran con preocupación hacía los de su novia, los cuales de forma milagrosa no estaban llorosos o algo por el estilo, haciéndolo soltar un suave suspiro de total alivio.
-Fue muy lindo pero tan triste.- Fue lo único que logro salir de los labios de la chica, a lo que él solo sonrió algo enternecido, levantándose de su asiento para luego ayudarla a ella y así poder salir ambos del teatro.
-¿Entonces... te gustó?.- Preguntó Akaashi algo dudoso, no sabía si realmente había sido muy anticuado llevándola a un lugar así pero era algo que sin duda en algún momento quería compartir con ella.
-¿Qué si me gustó? ¡Me encanto!.- Exclamó ella con una gran sonrisa, dando pequeños brincos de emoción. -Todo era tan bonito, nunca había podido ver una actuación así en persona y es realmente genial, los actores son demasiado buenos y todos los que hicieron los escenarios hicieron un limpio trabajo.- Halago ella, aliviando completamente al menor quien había dudado de como sería todo eso para su novia en cuanto fueran.
En cuanto salieron a las calles solo tuvieron que caminar unas cuantas cuadras antes de entrar a una de las cafeterías cercanas a donde estaban, habían pasado un aproximado de dos horas adentro y estaba seguro de que la chica ya tendría hambre de algún postre.
En cuanto tomaron asiento fueron bien atendidos y como era de esperarse el menor solo había pedido su taza de café mientras que ella había pedido un gran pedazo de su postre favorito junto a un batido.
