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Desde ese día ninguno de los dos había hablado sobre ello y gracias a la energía eufórica que había mantenido la chica en toda ese semana nadie había notado algún cambio en ella, aunque realmente lo único que evitaba era matarse la cabeza pensando...

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Desde ese día ninguno de los dos había hablado sobre ello y gracias a la energía eufórica que había mantenido la chica en toda ese semana nadie había notado algún cambio en ella, aunque realmente lo único que evitaba era matarse la cabeza pensando en eso, confiaba en Akaashi y solo esperaba que el pudiera decirle al respecto.

O eso era lo que había pensado la chica, pues Akaashi no era para nada tonto y siempre era muy observador, llevaba día sabiendo de su actitud diferente por alguna que otra cosa pero aún no estaba muy seguro de si tocar el tema, después de todo, ella le contaba siempre las cosas sin que el se lo pidiera si quiera.

Era viernes y ambos iban ya en su correspondiente tren por la mañana, aunque en la tarde no irían juntos gracias a que el menor iría después de clases a la casa de Bokuto, quizás solo para pasar el rato como solían hacerlo algunas veces, sin querer perder aquella costumbre.

En cuanto bajaron del tren, el chico se dio cuenta del tiempo de sobra que había por lo cual no dudo en tomar la muñeca de su novia y arrastrarla hacía uno de los lugares más solitarios de la estación de tren, donde nadie pudiera verlos o por al menos, donde cierto bicolor de orbes dorados no los encontrara.

-Necesitamos hablar.- Dijo de forma dominante el pelinegro, tomando por total sorpresa a la ojimarrón, quien solo pudo preocuparse más por ello, ¿y si considero realmente las opciones de su padre?

-Claro, ¿De que quieres hablar Keiji?.- Preguntó ella de forma inofensiva y curiosa, queriendo no ser descubierta en espiar conversaciones que no le correspondían.

-¿Qué es lo que pasa últimamente?.- Contra preguntó el ahora, siendo bastante directo con ello, al parecer no había sido lo suficientemente buena ocultándolo después de todo. -¿Hice algo mal? ¿Algo te molesta? Sabes que puedes decírmelo.

En esos momentos ella no se pudo sentir peor, había estado preocupando a Akaashi seguramente más del peso que ya cargaba y eso de alguna forma no le hacía sentir para nada bien, no obstante, no sabía como debería de decirle toda la verdad.

-Yo... no creo que sea el momento de hablarlo, llegaremos tarde.- Fue la única excusa que se le vino a la mente, aunque sabía que seguramente a él no le importaría eso en lo absoluto.

-Aún tenemos tiempo, no quiero que sigas atormentándote más con lo que sea que este pasando.- Dijo ahora el en un tono más calmado, tomando el mentón de la chica para obligarla así a mirarle a los ojos, sonriéndole de forma sincera.

-Eres realmente precioso.- Susurro ella de forma inconsciente, logrando que el chico se sonrojara y apartara su mano del rostro adverso para cubrir el suyo.

-No intentes evadir el tema.- Se quejó el algo bastante avergonzado, causando la suave risa por parte de ella.

-Lo siento, no fue apropósito.- Murmuro ella ahora con un puchero en labios, antes de soltar un suave suspiro para ponerse de una forma más seria, lista para decirlo. -El día en que fui a tu casa, en realidad me levante cuando estabas discutiendo con tu papá.

❛𝖨 𝗐𝗂𝗅𝗅 𝗌𝗍𝖺𝗒 𝗐𝗂𝗍𝗁 𝗒𝗈𝗎❜ -  【𝖠𝗄𝖺𝖺𝗌𝗁𝗂 𝖪𝖾𝗂𝗃𝗂】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora