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Septiembre finalmente había llegado y con el la época de las lluvias, por lo cual, siendo siete de septiembre, todos los estudiantes del Fukurodani llegaban a su preparatoria en primer día de clases después de las vacaciones de verano, todos con sus paraguas abiertos por la fuerte lluvia mañanera que caía.
-¿Quién diría que nuestro primer día llegando juntos sería así?.- Dijo algo risueña ___, quien iba agarrada de la mano de Akaashi bajo la atenta mirada de todos, quienes no tardaron en decir cosas sobre ello, cosa que fue totalmente ignorada por la pareja.
Gracias a que el equipo de Voleibol ya no tenía entrenamientos, el pelinegro podía llevar más tarde a la preparatoria y por ello ambos decidieron ir juntos en la mañana tal y como lo hacían con la tarde.
Hoy se suponía que Bokuto los acompañaría en cuanto sus caminos se cruzaran pero como era de esperarse siendo el "primer" día, seguramente a penas iría saliendo de casa para llegar justo a tiempo a la clase, tal y como lo había hecho en el inició del tercer año escolar.
-No me molesta la lluvia.- Confesó un serio ojiazul, quien fulminaba de forma disimulada a las personas que los miraban como si no congeniaran en lo absoluto, aún si no le importara.
Akaashi era consciente, sabía que la mayoría de la preparatoria pensaba que su novia terminaría siendo la novia de Bokuto, en algún momento el también lo había pensado, pero ahora que ellos estaban juntos, él realmente no pensaba dejar que los demás pensaran que hacía el mal tercio allí.
¿Por qué? Fácil, él sabía a la perfección que los polos opuestos se atraían y que mejor aún, sabían completarse entre sí, tal vez eran muy distintos, pero todas las cualidades que no tenía uno de los dos las tenía el contrario y eso hacía que fácilmente se complementaran.
-Pero debería de ser un día más alegre.- Murmuro ella con un puchero en lo que ambos recogían sus paraguas para ponerlos a secar en su lugar correspondiente, se cambiaron de zapatos y finalmente siguieron su camino hasta el salón de la chica.
-Tal vez mañana lo sea.- Le dijo él menor con una sonrisa en su rostro, despeinando el cabello de la contraria como una demostración de cariño. -Tengo que ir a mi salón, Bokuto-san no demorará mucho en llegar.
-Deberías dejar de ser tan formal con él también.- Lo regañó ella en lo que le daba un suave golpe sobre su frente. -Anda a tu clase, en el recreo nos vemos, Keiji-kun.
El pelinegro se acerco y dejo un corto beso sobre su frente, sabiendo que gran parte de las clases del tercero se encontraban viéndolo, incluso algunos de sus ahora ex compañeros de equipo, quienes veían la escena divertidos, nunca habían pensado ver a un Akaashi de esas formas.
En cuanto el chico desapareció por las escaleras un grito bastante reconocible se escucho, causando la pequeña sonrisa de la castaña, quien sabía que en unos segundos llegaría hasta ella un bicolor bastante agitado al dar la carrera de su vida.
