│Capítulo 13│

1K 45 3
                                    


Abro mis ojos e imágenes demasiado pornográficas llegan a mi mente, lo cual me hace esbozar una sonrisa, volteo a mi izquierda y veo al partícipe de esas imágenes. Se ve como un verdadero ángel dormido, tiene ligeramente abierta su boca, por la cual salen pequeños ruiditos, casi parecidos al ronroneo de un gato, es tan tierno.

Pensé que al despertar me arrepentiría de haber aceptado ser la amante de Marcus, pero, la verdad es que no. Me siento bien, muy bien.

Yo sé que no es lo correcto, pero no puedo evitarlo mi jefe me encanta, no importa que esté casado, él dijo que estaría solamente conmigo y le creo. La verdad no pienso que sea tan imbécil como para andar conmigo y con otra al mismo tiempo, bueno otra aparte de su esposa.

Es mi deber decirte que no te ilusiones, así como te lo pidió a ti, puede pedírselo a cualquiera.

Me acabas de arruinar la mañana.

No puedo dejar amargarme por mi estúpida conciencia, ya acepté, estoy metida hasta el fondo, no hay marcha atrás y aparte que no quiero retroceder, quiero ir hacia el frente, no importa a donde me lleve está relación. Aparte como dijo mi mejor amiga, cuando yo quiera lo dejo.

Marcus hace un gracioso sonido y me hace poner mi vista de nuevo en él, está desnudo, la sabana solo le cubre la parte de su entre pierna, que, o dios mío, su pene está despierto, pero es normal, a lo que he leído en las revistas a todos los hombres les pasa en las mañanas, y tengo la solución perfecta.

Nunca he hecho sexo oral y mucho menos nunca he tocado un pene. Y ahora que lo pienso ¿Por qué nunca lo hice? O sea, no era una muchacha de muchos novios, pero si tuve dos, y cuando ellos querían tocar yo simplemente me apartaba, por lo tanto, nunca me tocaron y yo nunca los toque.

Eras una santa católica y apostólica.

Tienes razón, pero mírame ahora de pecadora con un hombre casado, bien dicen que la vida da muchas vueltas.

Sacudo mi cabeza para dejar de pensar en pecado y santos, para enfocarme en producirle un enorme placer a mi bello hombre. Enfoco toda mi atención en lo que estoy por hacer con mi boca. Como puedo me levando despacio para no despertar a Marcus, gateo hasta los pies de mi cama y retiro la sabana que cubre el perfecto cuerpo de mi jefe, muerdo mi labio porque son unas vistas increíbles.

Con mi mano derecha tomo despacio el miembro de Marcus, lo masajeo de arriba, hacia abajo lentamente, para que aun no abra sus ojos, quiero que cuando los abra su pene ya esté en mi boca.

Cuando ya está más duro que una roca, acerco mi boca, primero lambo lentamente desde el tronco hasta su cabeza, cuando llego al glande lo introduzco lentamente en mi cavidad oral, es ancho y estoy con mi boca muy abierta, espero no cansar mis músculos faciales. Cuando tengo toda la cabeza del pene de mi jefe en mi boca, muevo mi lengua de izquierda a derecha, provocándole pequeños gemidos de placer.

Voy bajando lentamente, hasta que llego un poco más de la mitad, ya que no me cabe más, qué más quisiera que entrara todo en mi boca. Subo mi cabeza al mismo tiempo que masajeo con mi mano, vuelvo a repetir la acción y es cuando veo que Marcus abre sus ojos y se encuentra con los míos, hace una cara de placer, que si fuera una persona que tiene manos elásticas, hubiera tomado mi celular para sacarle una foto a esa cara tan sexy.

―Demonios Leanne― sisea –. Eres una traviesa. Mm que rico, sigue ah si así. Que boca tan deliciosa.

Sus palabras hacen estragos en mi cuerpo, mi coño de seguro está más que húmedo. Sigo moviendo mi cabeza, alternando los movimientos con mis manos, si con ambas porque es más excitante tomarlo con dos manos, tengo la necesidad de tocarme, porque realmente estoy excitada, pero primero quiero que goce Marcus.

MARCUS ( completa) (EDITANDO)Where stories live. Discover now