│Capítulo 07│

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No sé ni porque le hice caso a Valeri de usar pantalones negros, bueno ella no sabía que el único pantalón negro que tengo es uno que usaba a los 19 años, y bien mi cuerpo ya se desarrolló y lo siento demasiado apretado, creo que con esto en vez de pasar desapercibida me traerá muchas miradas, y se supone que es lo que quiero evitar, pero alegarle a Valerie es imposible, siempre sale ganado, yo siempre tengo que perder.

–Creo que fue mala idea hacerte poner ese pantalón Lea– la miro y le ruedo los ojos – madre santa se te ve un trasero de infarto y mira que para traseros el mío– la fulmino con la mirada.

–No era necesario que me recalcaras que tienes más trasero que yo– le digo molesta.

Siempre ha sido mi cruz, el no tener tanto trasero, simplemente digo; ¿Por qué dios no me quiso? No le habría hecho daño a nadie si me hubiera puesto un poco más de trasero.

Vamos caminando a una cafetería por unos cafés y pastelitos de chocolate, ya que mi mejora simplemente llego a sacarme a rastras de mi casa, sin la posibilidad de un desayuno digno para mi estómago. Y por esa razón estamos aquí paradas haciendo fila por el bendito café, aguantando las miradas en mi trasero.

Bueno eso me hace sentir que tengo un trasero grande, sigan mirando, no me molesta.

–¿A qué te sientes importante por que miran tu trasero? – dice con una sonrisa sínica mi mejor amiga

A caso ¿sigue insultando mi trasero? Que tiene contra mi pobre trasero, estoy enojada.

No mientas Leanne no estas molesta, admítelo, te sientes deseada por que los hombres están viendo tu trasero, así como cuando fantaseas que tu jefe lo mira cuando le das la espalda.

Maldita conciencia. Mi jefe es especial. Bueno a quien engaño.

–Maldita sea, si, si me siento importante, y antes de que lo preguntes, no, no es sarcasmo y no estoy molesta contigo– la veo esbozar una sonrisa.

–Bien aquí está tu café y toma tu pastelito– me extiende todo y lo tomo.

–Gracias Valeri.

Vamos en camino a la dirección del sospechoso número 2, ya que la numero 1 es la viuda. Mi amiga ya engullo todo como una anaconda, ni siquiera mastica bien, no sé cómo soporta tomarse tan caliente el café, yo tengo que esperar unos minutos para poder tomármelo, si no luego me quemo la lengua y se siente muy feo.

Que estará haciendo Marcus en estos momentos, ¿me extrañara? ¿Estará pensando en mí? Así como yo estoy pensando en él. ¿Qué traje llevara hoy? Hasta me lo puedo imaginar con su traje a la medida, donde se dejan ver sus grandes músculos, ¿tendrá marcado el abdomen? Me gustaría saberlo y poder pasear mi mano por ellos e incluso besarlos, o Dios eso sería fantástico.

Ciento un golpe en el hombro izquierdo y volteo a ver a mi mejor amiga que esta con una sonrisa en su cara.

De seguro ya está sacando conclusión sola, aunque no se iba a equivocar, ya que estaba pensando en un hombre, pero no cualquier hombre, sino, él hombre.

Estoy loca.

–No me preguntes nada– la veo rodar sus ojos.

–Ándale enamorada ya llegamos, ¿cuál es el plan?.

¡Maldición el plan! Se supone que eso lo tenía que hacer en mi hogar, planificar lo que haría.

La mirada de mi amiga cambio a una acusatoria ante mi silencio

–No tienes ningún plan ¿cierto? – niego con mi cabecita – Maldición Leanne vienes a la guerra sin armas– acto seguido me pega un zape.

–¡Au! – sobo mi cabeza –Eres una salvaje Valerie– la veo sonreír y me tira un beso.

MARCUS ( completa) (EDITANDO)Where stories live. Discover now