│Capítulo 03│

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Aun no puedo creer que ya haya pasado un mes desde que entre a hacer mi pasantía en esa firma de abogados. Todo ha ido muy bien, Marcus y yo, somos un muy buen equipo, le ayudo en todo lo que puedo, pero no puedo evitar sentirme nerviosa, su sola presencia me hace poner la piel de gallina, su aroma varonil me embriaga, su sonrisa me embelesa, su risa me cautiva, su mirada me seduce, su cuerpo me hace desearlo, su manera de ser me enamora.

¡Diablos señorita! Tú has dicho eso ¿enamora?

Si, definitivamente yo lo dije, y para mi mala suerte si me enamora y bastante, estoy empezando a desarrollar sentimientos por mi jefe ¿en un mes?, pero no todo es mi culpa. Porque lo peor de todo es que lo he notado raro esta última semana, siempre está a punto de decirme algo, pero hay algo que lo detiene y no lo hace, estoy empezando a creer que el siente algo por mí, pueda que este apresurándome a los hechos, pero como me trata y me mira me hace pensar que le gusto, que siente algo por mí más allá de solo ser compañeros de trabajo, porque no creo que sea amor fraternal, él no es tan mayor.

Aunque tuviera unos 50 años igual me tuviera sumamente cautivada y enamorada. Todo el me fascina, me pone a mil con solo una mirada, con un rose de sus manos en mi piel, me he perdido en su mirada en todo lo que es él. Y la verdad es que me siento bien, jamás me había sentido así por alguien, si he tenido novios, pero nunca me han puesto como el, es especial. Y la verdad me preocupa, porque, hasta me he masturbado pensando en cómo sería que sus manos recorrieran mi cuerpo lentamente, y me gustaría sentir más que solo carisias, jamás he estado con un hombre y la curiosidad me mata, pero la curiosidad de sentir como sería estar con él.

Bueno, creo que ya fue suficiente de pensar en mis sentimientos no correspondidos, así que me pongo de pie para poder alistarme muy bien porque este día muy especial, ya que ayer mi jefe me dijo que hoy, bueno no precisamente así, lo que dijo fue que pronto le podría a ayudar a preparar una defensa y estoy sumamente emocionada y también muy nerviosa, porque no quiero decepcionarlo y que se arrepienta de haberme escogido.

A Valerie, le ha ido diferente, hasta diría que fantástico, ya que su jefe, le ha dejado preparar dos defensas, con las cuales ha ganado un juicio y estoy muy orgullosa de ella, yo sabía que podía hacerlo, es inteligente y la verdad le encanta esta carrera, y por supuesto es una de las mejores.

Salgo de la ducha y voy a mi cuarto envuelta en la toalla, como todos los días primero cepillo mi cabello rubio, y después coloco mi ropa interior y saco la ropa que llevare hoy. Me decido por un pantalón gris de tiro alto y una blusa rosa pálido manga tres cuartos, en la parte de atrás tiene un moño, así que recojo mi cabello en una cola para que luzca. Me maquillo un poco, tomo un collar que me regalo mi madre por mi cumpleaños número 19 y un brazalete. Salgo a la cocina donde mi amiga ya se encuentra preparando el desayuno, degustamos sus delicias culinarias en tranquila paz. Al terminar salgo corriendo de la cocina para echarme perfume y colocarme los zapatos, Valerie, tendrá que esforzarse para estar lista cuando yo ya este en la puerta porque le toca lavar los platos.

(***)

Al llegar a la firma nos despedimos en la entrada, porque yo ni de loca subo por el elevador, tomo las escaleras y aunque llegue toda cansada no subiré a esa máquina del demonio.

Entro a mi oficina, que es muy espaciosa no tanto como la de mi jefe, pero cabe lo justo, de hecho, tengo un sofá adentro junto con una mesa de cristal, mi escritorio está justo donde están las grandes ventanas, tengo una muy buena vista, un baño personal y la puerta que comunica la oficina de mi jefe con la mía.

El teléfono de la oficina suena y es mi jefe, lo veo por el número de extensión que se marca.

―Buenos días Marcus.

Hola Leanne, buenos días, puedes venir a mi oficina por favor.

―claro― y cuelgo.

Con nervios a flor de piel me encamino a su despacho, espero que mis pensamientos no me vayan a jugar una mala pasada, porque cuando estoy cerca de él se dan el lujo de fluir en mi mente de manera libre, sin poder controlarlos y ni que decir de mi corazón casi quiere salir fuera de mi pecho. Abro la puerta que comunica nuestras oficinas y paso, lo primero que ven mis ojos es su espectacular cuerpo sentado en esa silla giratoria que se ve que podría soportarnos a los dos juntos. Sacudo mi cabeza para dejar de pensar semejante tontada. Enfoco bien mi mirada y lo veo tan sumamente guapo, varonil, perfecto, un adonis. Su fragancia es la mejor que mis fosas nasales han olido.

Aquí están de nuevo mis pensamientos traicioneros.

―Leanne toma asiento― me hace una seña con su gran mano varonil, esa mano que ya la he imaginado tocando mi coño, adentrándose en mí, acariciando todo mi cuerpo.

¡Toc! ¡toc! ¿Hay alguien ahí con vida?

Gracias por sacarme de mi trance erótico, consciencia.

Parpadeo un par de veces y me obligo a prestarle atención, no debo dejar que mis pensamientos se apoderen de mi mente.

―Hoy tenemos un caso importante el cual debemos revisar a ver si nos conviene, se trata de una demanda por abuso sexual hacia una mujer de 25 años.

Creo que lo guapo lo hace menso, claro que este caso nos conviene, que no ve que vamos a defender a una mujer que fue abusada, tengo que hacerlo entrar en razón de que tiene que aceptarlo y sobre todo que no tenemos nada que perder, de seguro lo ganamos él es un muy buen abogado.

―Disculpa Marcus, pero creo que no tienes nada que pensar, debes aceptarlo, vamos a defender a una mujer a la que pisotearon.

―No es tan sencillo Leanne, el acusado es el hijo de un senador, así que tenemos mucho que perder, imagínate si no ganamos, se nos va abajo el negocio o lo que es peor, que ganemos y por venganza el senador haga algo en contra de mi firma o de nosotros― me toma de la mano ―no estoy dispuesto a dejar que nada malo te pase― nuestros ojos se encuentran y algo dentro de mi hace clic. Creo que me he enamorado.

Porque tiene que ser tan malditamente atractivo, tan caballero, tan perfecto, no puedo con su mirada, con su todo.

―no va a pasar nada de eso, no te preocupes― acaricio el dorso de su mano con mi mano libre

―Eres hermosa Leanne.

OMG me dijo que era hermosa, corrección muy hermosa, siento mis mejillas calientes, que hago ¿diosito que hago? Hace un sonido con su garganta y me suelta de las manos.

Siento frio donde antes sentía calor.

Toma su postura de nuevo y me extiende un folder color marrón, donde supongo viene la demanda y todo ese papeleo, volteo a mirarlo, pero ya no me mira, está concentrado con su computador, creo que mejor me voy, me levanto de la silla y espero que me hable o me tome de la mano, pero no lo hace, camino hacia la puerta, la cierro tras de mí.

¿No sé qué le pasa? ¿Porque es así? si me tiene que decir algo que me lo diga, no puedo vivir así, con estos altos y bajos, pero no puedo reclamarle nada u obligarlo a que me diga algo, nosotros no somos nada, solo somos compañeros de trabajo y nada más, a lo mejor hasta él es casado y tiene hijos y yo aquí como niña enamorada de alguien que jamás será mío, aunque no me quejaría ser, aunque sea la amante, solo con tenerlo para mí y que me quiera, aunque sea por unas horas.

Leanne necesitas urgentemente un psicólogo que te ayude a reforzar tu amor propio.

Ay por dios¡calla!




 

MARCUS ( completa) (EDITANDO)Kde žijí příběhy. Začni objevovat