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Kun

Toqué la puerta de la habitación con solo un poco de fuerza, no queriendo levantar a los demás. Me quedé unos minutos esperando hasta que JiSung salió del cuarto. Su cabello azul estaba algo despeinado y tenía los ojos algo hinchados del sueño. Se había puesto el uniforme, tal como le dije, pero estaba mal colocado. Arreglé su corbata y los botones de su camisa rápidamente y tomé su mano para guiarlos por los pasillos, encargándome de cerrar la puerta con llave y guardar esta en mi bolsillo.

—Hyung. —me llamó en medio de un bostezo— Le dije a ChenLe que me acompañara.

—¿ChenLe? ¿El vampiro de ayer? —pregunté haciendo memoria— ¿Tú lo invitaste o él quiso acompañarte? —lo interrumpí antes de que responda, ya sabiendo la respuesta— No importa, ¿dónde está esperando?

—En el jardín. —contestó sobando su ojo con el dorso de su mano libre.

Debió de decírselo en una de las tantas reuniones que según RenJun seguían compartiendo. John Seo les había terminado consiguiendo un lugar más apropiado en el cuarto piso, lejos de los oídos curiosos de los demás. Ambos les habíamos pedido que sigan teniendo mucho cuidado, no podíamos arriesgarnos a que los descubran.

Avanzamos en silencio por los oscuros pasillos. Eran aproximadamente las tres y media de la mañana y el sol aún ni se asomaba. Debo admitir que me pasé un poco en pedirle a un niño que se despierte en plena madrugada, pero era la hora más segura para poder practicar sin que nadie nos espíe.

Desde que JiSung descubrió su don, ha estado algo volátil. De por sí no mostraba muchas emociones, y estas salían en un pequeño rango, sin mucha fuerza. Pero en los últimos días tendía a enojarse o deprimirse con demasiada facilidad. Ya había reaccionado algo mal ante una broma hecha por YangYang, y tuve que sacarlo de la sala antes de que los demás se dieran cuenta de los rayitos que salían por la punta de sus dedos. JiSung no quería que los demás sepan de su don hasta tenerlo algo controlado. Así que aquí estábamos, yendo al bosque para enseñarle a dominar su don y no terminar electrocutando a alguien por accidente. Me había preparado mentalmente para esto, pues dominar algo así era muy complicado. XiaoJun y Hendery llevaban años desde que se descubrieron, y siguen sin poder controlarlo del todo. O podríamos poner un ejemplo más cercano: yo. Muchos pensaban que las visiones se mostraban claras ante mí, y otros que no me conocían para nada incluso llegaban a pensar que podía controlarlas, como ver el futuro de alguien con tan sólo tocarlo. Eso no podía estar más lejos de la realidad. Eran totalmente espontáneas, a veces duraban tan poco como cinco segundos, otras veces duraban noches enteras. Aún tenía que trabajar en ese aspecto y, quien sabe, tal vez podría llegar al punto en que sí lograría convocarlas. O tal vez no solo ver el futuro, sino también el pasado. Tao había dicho que era posible, y eso no abandonaba mi mente en ningún momento.

Hablando de Tao, agradecía que haya venido en el momento justo. No venia al instituto desde hace tres años, viajando por el mundo y visitando otros aquelarres para aprender sus métodos y costumbres. Si hubiese decido seguir por un año más, tendría que enfrentar lo que está pasando ahora sin ninguna ayuda. Nadie además de Tao, RenJun y yo sabíamos del peligro, y pensaba dejarlo así hasta que sea realmente necesario el contarlo. De no haber sido por ZiTao, no hubiese podido ayudar a JiSung como lo estoy haciendo ahora. Él se estaba encargando de hacer todas las coordinaciones y estrategias, y aunque yo lo ayudaba en algunas cosas, se llevaba el mayor peso.

Al llegar al jardín encontramos a ChenLe parado esperando, tal y como JiSung había dicho. El vampiro tenía una capa algo... única cubriéndole la cabeza, dejándonos ver sólo una parte de su rostro. Cuando nos acercamos se descubrió un poco, sonriéndome con amabilidad y luego haciendo lo mismo con JiSung pero con burla. Yo me quedé atrás mientras ellos avanzaban hacia el lago, no queriendo meterme en la animada conversación que ahora mantenían. Me alegraba que JiSung haya encontrado un amigo así, pues aunque SungChan sea casi de su edad y tengan una buena relación, se notaba que con ChenLe había una química diferente. Mucho más fuerte. El que sea un vampiro lo complicaba todo, y era por esa misma razón que esperaba los brillitos en sus ojos sean tan solo un efecto de la luz.

Tenebris Where stories live. Discover now