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ChenLe

—¡Jeno-yah! —exclamé intentando que pare de hablar.

—¡Y toda la sangre salió disparada a la cara de la profesora SoYeon! —siguió diciendo.

—¿Sus colmillos crecieron? —preguntó Yuta aguantando la risa.

—ChenLe debiste ser más cuidadoso. —me riñó DoYoung.

—¡Apuesto a que perdió el control! —Yuta lo interrumpió y le agradecí en silencio.

—Sus colmillos se agrandaron un poco y sus pupilas se dilataron, pero supo contenerse a tiempo. —conté suprimiendo una sonrisa— Igual me llevé una reprimenda.

—Tienes suerte, yo te hubiese mandado a detención. —miré a TaeYong indignado.

—Eres muy leve, TaeYongie, yo le habría confiscado esa bolsa de sangre y me la hubiese tomado luego. —reí pues sabía que Yuta lo decía en serio— Los Zhong consiguen de la buena.

—Mis padres creen que la humana tiene propiedades que la animal no. —expliqué encogiéndome de hombros.

—Eso no es verdad. —replicó TaeYong.

—Yongie, lamento desilusionarte, pero Lele tiene razón. Basta con comparar su cabello con el tuyo para saber que sí.

No pude evitar reírme. Justo había tomado un sorbo de mi copa cuando Yuta hyung dijo eso, unas gotas de sangre cayeron en la cara de Jeno y otras en su camisa. Sus ojos se pusieron rojos y pude ver como sus garras crecían en sus manos. Rápidamente me disculpé y traté de limpiar el desastre que ocasioné.

—Hyung lo siento mucho. —dije verdaderamente arrepentido.

—¿No has tomado nada de sangre, Jeno? —preguntó DoYoung completamente serio, dejando en el pasado la diversión y burla.

Soltó un suspiro y apretó la mandíbula para tranquilizarse. Sus uñas volvieron a un estado normal al igual que el color de sus iris. Las cosas deben estar difíciles para su padre si se puso en ese estado con solo unas pocas gotas de sangre humana.

—El dinero escasea y es peligroso cazar. —explicó bajando la cabeza— Pero no te preocupes, hyung, pronto encontraremos algo para tomar.

—Ten un poco.

TaeYong hyung sacó una bolsa de sangre y se lo extendió.

—Sabes que no la voy aceptar. —se negó mirando al lado contrario de la bolsa.

—Es solo una bolsa, Jeno. —intervino Yuta— Además, la sangre animal es más barata que la humana, ya luego se lo pagarás.

—No tienes que devolverme nada. Por favor, Jeno, solo tómala y ya.

Agarré mi copa de nuevo y bebí de ella lentamente, asegurándome de que Jeno estuviera viendo. Sabía que el movimiento de mi garganta lo tentaría y no le quedaría de otra que aceptar la sangre que se le ofrecía. Tal como lo planeé, le arranchó la bolsa a TaeYong y clavó sus colmillos en una esquina. Succionó con tanta fuerza que en pocos segundos la bolsa estaba vacía. Debe haber estado muriendo de hambre.

—¿Otra? —ofreció TaeYong.

—P-Por favor.

No sabía de dónde el mayor sacaba tantas bolsas. Jeno terminó bebiéndose unas cinco o seis en pocos minutos. No pude evitar sentirme mal por lo de la mañana, debió haber sido difícil para él el contenerse cuando la sangre que estaba tomando se derramó en todo el salón.

Los Lee no habían tenido problemas económicos al principio, podría decirse que tenían lo suficiente como para tener una buena vida. El problema empezó cuando la madre de Jeno murió. DongHae no lo supo sobrellevar, compraba sangre a montones, o incluso cazaba, y lo que conseguía lo tomaba en un día. Jeno tuvo que superar lo de su mamá solo, sin compañía o apoyo por parte de su papá. Por suerte, DongHae entró en razón y ahora hace todo lo posible para conseguir algo para sobrevivir.

Tenebris Where stories live. Discover now