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JaeMin
Corté un trozo de bistec antes de llevarlo a mi boca. Mastiqué y lo degusté en silencio, mirando mi plato e ignorando la conversación llevada por Johnny, SiCheng y TaeIl. Me parecía algo tonto el intentar susurrar en una mesa llena de licántropos, pero usaban un tono tan bajo al hablar que solo pude captar unas cuantas palabras. Y estas eran incomprensibles, casi como si fueran códigos que solo ellos podían descifrar. JungWoo también comía callado, aunque eso era muy normal, una vez que tenía comida al frente todo lo demás dejaba de ser importante. Lucas tuvo que quedarse en el aula para hacer un trabajo, o al menos eso es lo que dijo SiCheng. Y para poner más extraña la situación, no había visto a Haechan desde la fiesta de los Lee.

Podía ser callado y reservado, pero era un chico curioso. El que no diga nada no significa que no note las cosas. Es por eso que almorzar rodeado de este ambiente de secretismo no hacía más que estresarme o ponerme ansioso. Se nota que no quieren que nos enteremos, al menos podrían poner un poco de esfuerzo en disimular.

Rodé los ojos antes de darle un fuerte mordisco a otro trozo de carne, tan sonoro que los tres mayores dejaron de secretear entre ellos y me miraron directamente, casi con arrepentimiento y miedo de haber sido descubiertos.

Tranquilos, no escuché nada. Pero me harían un favor si dejaran de susurrar como si no estuviéramos presentes.

Me hubiese gustado poder expresarles mi incomodidad, pero mis labios no se abrían y mi cerebro no podía formular las palabras adecuadas. Aún trabajaba en ello, pero siento que he hecho un gran progreso en tan poco tiempo al estarme juntando más con ellos.

—Veo que estás disfrutando de ese bistec.

Miré a YoungHo y le di un intento de sonrisa. Él es amable, siempre me da mi espacio y no pregunta cosas personales, aun así todavía me intimida un poco. Tal vez porque era el alfa perfecto, con un olor fuerte y estatura y cuerpo destacables. Lo superaría, porque sabía que esta molestia no era culpa suya, esa casta no la había elegido él.

—¿Quieres un postre? Están dando unas tartas de fresa riquísimas, cien por ciento recomendables. —ofreció amigable.

—Uh, no, g-gracias.

—¿Seguro? De verdad, no me molestaría traerte una.

Creo que intentaba hacer que me sienta más cómodo, y esa actitud parental salía de nuevo a florecer. Solo la tenía con Haechan, no entiendo por qué conmigo también es así. No le tengo la suficiente confianza, por lo que me fastidiaba un poco el que se porte así. Sé que quiere ayudarme y hacerme sentir mejor, pero esto no es algo que pueda curarse de la noche a la mañana.

—A JaeMin no le gustan las fresas, Johnny hyung. —le explicó JungWoo.

—Oh, no lo sabía, lo siento.

—N-No te preocupes. —le di una pequeña sonrisa.

—¿Qué es lo que te gusta?

—El chocolate.

—Creo que también hay chocolate caliente, ¿quieres un poco?

Un chocolate caliente no sonaba mal, aunque la combinación de bistec con esa bebida no sonaba tan apetitosa para mi estómago.

—Tal vez mañana.

Asintió con una sonrisa y todos volvimos a centrarnos en nuestros platos. Johnny a veces lanzaba comentarios aleatorios, obteniendo como única respuesta algunos sonidos afirmativos por parte de JungWoo y alguna que otra respuesta por parte de SiCheng y TaeIl. Me sentía incómodo, solo quería pararme y refugiarme en la seguridad de mi habitación, pero eso sería maleducado y debía ser fuerte si quería mejorar.

Tenebris On viuen les histories. Descobreix ara