Tenebris

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DoYoung

Tomé un sorbo de mi copa y lamí mis labios para limpiar cualquier gota que pudo haberse escapado. Me apoyé por completo contra el marco del ventanal, sintiendo el frío viento chocando contra mi rostro y cuerpo. Tenía una gran camiseta blanca y un pantalón de seda, nada que me cubriera de las bajas temperaturas. Aunque tampoco es como si me pudiese enfermar, hace mucho que había perdido la sensibilidad al frío y calor.

La luna brillaba casi completa, iluminando el verde bosque y dándole una preciosa luz azul al lago. Era sin duda una vista pacífica y relajante, justo lo que necesitaba.

Hace unos días nos habían advertido de los cazadores. Al parecer habían atacado a John Seo y a TaeIl, pero lograron salir a salvo. Claro que BaekHyun y TaeYong se lo tomaron muy en serio, como si nos hubiesen atacado a nosotros. Ningún vampiro había alertado sobre la presencia de cazadores en nuestra zona, y nosotros no habíamos recibido ninguna advertencia. Entendía su preocupación, después de todo habíamos sido atacados junto a los lobos en la batalla de las primeras décadas del 1800, pero me resultaba exagerado el tomar tantas medidas defensivas guiándonos en algo que pasó hace más de doscientos años. Y nosotros no nos habíamos visto tan afectados.

BaekHyun había ido a la casa que ChanYeol tenía en la frontera con los lobos para resguardar y vigilar, así que la mayor autoridad en el instituto era TaeYong. El peso de esa responsabilidad le había caído de golpe, no dándole tiempo para prepararse. Se veía muy estresado últimamente, apenas descansaba y paraba leyendo e investigando sobre los cazadores y sus armas y estrategias. Habíamos encontrado mucha información, pero ambos dudábamos que nos vaya a ser útil. Si lo que dijo Seo era verdad, traían mejores armas que la vez pasada. Armas de las que no teníamos conocimiento.

Lo que más me molestaba de todo esto era que seguía dándole su poco tiempo de descanso al semi demonio. No me lo decía, pero yo sabía que se escapaba por momentos para encontrarse con él. Con todo lo que estaba pasando con Yuta y el problemita de Kun con Ten había despegado mi atención de TaeYong. Y por supuesto que Jung lo había aprovechado, no quería ni pensar en lo que hacían juntos. Había decidido desistir un poco y dejar a TaeYong hacer lo que le plazca. Me tocaría animarlo y acompañarlo cuando Jung le haga daño. Bueno, después de haberle dado su merecido junto con Yuta.

Hablando de ese brujito, no había vuelto a hablarle desde ese día en el lago. Lo entendía, por lo que había escuchado los suyos enfrentaban algo malo también. ZiTao y él debían estar tan ocupados como BaekHyun y TaeYong, solo que ellos tenían más fundamento. Me preguntaba si Ten lo había vuelto a fastidiar, porque a mí no se me había acercado. A veces lo descubría mirándome con esos ojos gatunos y azules, pero apartaba la mirada después de sonreír mostrando sus dientes. Lo agradecía, no estaba en el humor adecuado para lidiar con él.

Llevé la copa a mis labios para beber otro sorbo, pero ya había quedado vacía. Volteé para llenarla, necesitaba algo que me haga olvidar de todo lo que estaba pasando.

Por el rabillo del ojo conseguí ver una sombra paseándose por el jardín. Me tensé un momento pensando que podrían ser cazadores, pero ellos no se pondrían a bailar en medio de las flores. Costó un poco reconocer la pequeña y delgada figura, mas fue mucho más sencillo cuando giró dejando ver su rostro. Esa nariz respingada y ojos gatunos no eran fáciles de olvidar. Me hizo una seña invitándome a bajar. Lo más sensato hubiese sido negarme al instante y cerrar las cortinas, pero yo realmente me hallaba considerando ir a acompañarlo. Maldije entre dientes cuando dejé la copa en la mesa de al lado y salí de mi habitación, con la misma ropa que antes.

Los pasillos estaban desolados, ni una sola alma pasando por ahí. Se veían mucho más tenebrosos que en la mañana, con la luz de la luna creando sombras extrañas y dándole ese toque misterioso que espantaría a cualquier humano. Yo amaba cómo se veían de noche, tan oscuros y vacíos.