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YangYang

—¡Qué milagro que estás estudiando!

Miré con molestia a Hendery, bufando antes de volver a centrar mi atención al libro frente a mí. Tenía un examen en unos días y no había repasado nada. Estaría tranquilo de tratarse de una prueba práctica, pero el señor Park tenía la mentalidad de que cuanta más teoría sepas mejor será tu desempeño. Puras bobadas, no recuerdo nada de lo que aprendí en mi primer año y logré pasarlo con éxito.

—Podrías ayudarme, después de todo tú ya pasaste por esto. —dije intentando convencerlo.

—Es osado de tu parte creer que recuerdo algo de lo que estás leyendo.

—Sí, olvida lo que dije.

Suspiré resignado a seguir leyendo. La quiromancia en sí era interesante, pero muy fácil y básica. Yo lo que quería era llegar a las dimensiones y tiempos, esos temas sí que eran llamativos.

Mano elemental: Es una mano ancha, gruesa, fuerte y carnosa, tiene una palma muy desarrollada, los dedos y uñas son cortos, las líneas son escasas aunque están muy marcadas. Se trata de personas rudas, corporales e instintivas, muy ligadas al mundo material y están bien dotadas para los trabajos manuales.

¿De qué me serviría esto? No iba a ponerme a ver las manos de todas las personas con las que me cruzara.

—Si quieres una ayuda, estudia más sobre las líneas.

El rostro derrotado de RenJun apareció en la sala, sujetando sin fuerzas su maletín y acercándose al sofá con los hombros encorvados y arrastrando los pies.

—¿Ya lo diste? —pregunté.

—Así es. Estuvo difícil, no me esperaba un examen así de extenso, pero creo que lo hice bien. —se encogió de hombros.

—Y se va a poner peor. —dijo Hendery llevando sus dedos a sus sienes— Aún recuerdo los dolores de cabeza que me daban esas pruebas, Park es un monstruo, ¡Y lo peor es que lo sabe y le gusta!

—¿Recuerdas lo difícil que fue, pero no lo que te enseñaron? —cuestioné algo molesto.

—Mi memoria es selectiva, elimino todo aquello que me resulta inservible, y créeme que la quiromancia no es algo que llame mi atención.

—Lo verás de nuevo en cuarto año, así que sería mejor que le empieces a agarrar el gusto.

La puerta se abrió nuevamente, dando paso a Kun y a XiaoJun. Ambos se notaban un poco tensos, incluso preocupados, pero intentaban disimularlo lo más que podían. De haber sido otra ocasión, los habría molestado hasta que dijesen lo que les pasaba, pero tenía un examen que dar y no podía permitirme salir mal.

—¿Alguna ayudita, Kun-ge? —pregunté ilusionado en que me ayude.

—Todo está en el libro.

—¡Pero es muy tedioso y aburrido! —exclamé tirándome en el mueble.

—Y eso que está resumido, el que me han dejado a mí este año es el doble de grueso. —dijo XiaoJun.

Hice una mueca al imaginarme en unos dos años más con la nariz enterrada en el libro, llorando de estrés al tener que aprenderme todas las líneas y tipos de manos y dedos.

—¿Tú que estás haciendo, Kun gege? —preguntó RenJun— Se te nota agotado.

Seguí leyendo y resaltando lo más importante. Una de mis fortalezas, aunque no parezca, era mi facilidad de concentrarme incluso con ruido o distracciones alrededor. Intentaría acabar con esto lo más pronto posible para poder unirme a la conversación.

Tenebris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora