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Con esfuerzo, una que otra tontería de Matsuda y mucho trabajo de parte del equipo de Ryuzaki, habían conseguido descubrir la verdad sobre la Yotsuba.

Bueno, o al menos parte de la verdad. Sabían que los mayores ejecutivos de la Yotsuba se juntaban todos los viernes en un despacho para decidir a quién matarían el siguiente, por lo tanto, Kira estaba entre ellos.

Gracias a Light, quien había manipulado a uno de los ejecutivos de la Yotsuba, habían conseguido que retrasaran la próxima muerte para dentro de un mes, lo que les dejaba algo de margen para pensar lo que hacer.

Habían dos opiniones diferentes. Unos creían que lo más conveniente sería arrestarlos a todos ya mismo para evitar más muertes. Después de todo tenían las grabaciones que habían obtenido luego de que Wenny se colara en su despacho y colocara cámaras, en las cuales admitían ser cómplices de asesinato de Kira.

Por otro lado, Ryuzaki opinaba que debían atrapar a la persona que era Kira. Debían descubrir quién era para poder saber cómo mataba, cómo se podía pasar el poder, etcétera. En fin, que según el punto de vista de L, era necesario descubrir a Kira para finalizar con el caso.

Por desgracia nadie pensaba lo mismo que él, tampoco Light que estaba a favor de su padre y de la idea de salvar el mayor número de vidas que fuera posible, así que decidió que trabajarían cada uno por su parte a partir de ese momento.

Sin decir nada más, L se levantó de su asiento y Light sintió cómo su muñeca era arrastrada por Ryuzaki. Las cadenas tintineaban al ritmo en que ellos abandonaban la sala para subir las escaleras, dejando al resto de policías detrás.

- Ryuzaki, ¿a dónde vamos?

Los nervios de Light aumentaban conforme subían los escalones. Ryuzaki le miró de reojo, por encima del hombro.

- A la habitación de Amane. - Aclaró sin girarse para contestar - Lo siento, sé que estás del lado de tu padre, pero no tengo intención de quitarte las esposas así que tendrás que venir conmigo.

- Ya veo...

Light no pudo evitar bajar un poco la mirada hacia la espalda baja del detective, mientras subían las escaleras.

Llegaron a la habitación de la molesta modelo, quien se alegró tremendamente de ver a su novio.

La única pega era que venía con Ryuzaki, pero Misa ya había decidido que haría lo que fuera necesario para ganarse la atención del castaño.

Ahí, y usando técnicas de convicción muy efectivas, L la convenció para que pensara que la única forma de ayudar a Light era atrapando a Kira. Y que para ello, era necesario que siguiera su plan.

Dicho plan consistía en hacerles creer a los mayores ejecutivos de la Yotsuba que Misa sabía quién era L porque había sido interrogada por ser la segunda Kira (usando a Erald Coyle para ello). Entonces ellos serían los que la mandarían llamar con la excusa de usarla como modelo para su empresa y así L y su equipo podrían acercarse un poco más a los sospechosos con tal de determinar quién era Kira.

Light le rebatió, diciendo que era demasiado peligroso para Misa, que la podrían matar cuando le sacaran toda la información.

Ella emocionada porque el castaño se preocupara por su bienestar se colgó del brazo del chico, con los ojos brillantes, mientras el detective apartaba la mirada.

- Light. Si le ganamos a Kira, Amane no morirá, tenemos que jugarnoslo todo ahora. - Espetó, con un aire oscuro - Ahora mismo compartimos destino, por lo que si me matan a mi, tú morirás también. - Balanceó la cadena delante del castaño para hacer énfasis en lo dicho - Y Amane lamentaría mucho tu pérdida. O perdemos y morimos juntos, o atrapamos a Kira. ¿Qué eliges, Amane?

Hilo rojo del destinoWhere stories live. Discover now