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Al fin había llegado el día. Después de todo su esfuerzo, al fin habían podido acorralar a Higuchi.

Ya no tenía escapatoria y se encontraban a solo un paso de descubrir cómo mataba Kira.

Light era el más ilusionado, sin duda. Todo su esfuerzo había dado sus frutos. Ahora que Kira iba a desaparecer para siempre, cuando le demostrara a Ryuzaki que siempre había sido inocente (o que al menos, en caso de haber sido Kira no iba a volver a serlo nunca), al fin podrían dar un paso más en su relación.

Era consciente de que en esos meses no habían hecho nada más que separarse, pero él seguía queriendo a L y se lo iba a demostrar. Tenía planeada una salida muy romántica en la que le declararía su amor de nuevo, solo que esta vez, sin Kira, estaba seguro de que L aceptaría.

O al menos tenía esa esperanza.

L por su parte, era el que estaba menos ilusionado por atrapar a Kira. Sí, tenía muchísima curiosidad por descubrir cómo mataba dicho asesino ya que eso resolvería muchas de las dudas que había tenido desde que decidió hacerse cargo del caso. Pero por otra parte, tenía un mal presentimiento.

Le daba mucho miedo. La última vez que atraparon a un Kira, este perdió la memoria y le pasó su poder a otra persona, lo tenía claro. Y sabiendo cómo era Light, nunca habría hecho eso si no hubiera tenido la certeza de que recuperaría ese poder en algún momento.

Si atrapaban a ese Kira, ¿pasaría su poder a otra persona? ¿Se lo devolvería a Light?

No quería que Light volviera a ser Kira. No se sentía con la suficiente fuerza como para enfrentar a la persona que amaba convertida en un asesino de nuevo, un asesino que le quería matar.

Aún así, y habiendo sabido que ese momento llegaría desde hacía mucho tiempo, no había hecho nada para aprovechar el tiempo que le quedaba con el Light inocente y lleno de esperanza. Era un cobarde. Lo único que había hecho había sido alejar al castaño cuando lo que quería era estar cerca de él. ¿Todo para qué? ¿Para que ahora le matara de todas formas?

Era un idiota, eso era lo que era.

- Higuchi, dinos, ¿cómo mata Kira? - Le interrogó L, a través de unos auriculares. Las ansias de conocimiento le poseían.

- La libreta... - Murmuró.

- ¿Libreta? - Inquirió L, animándole a que les contara algo más.

- Seguramente no me creeréis, pero tengo una libreta en la cuál, si escribes un nombre mientras piensas en su cara, esa persona muere.

Una libreta - Pensó L, pensando en las posibilidades que eso podría ofrecer. Sonaba ilógico, pero realmente, ¿había algo normal en que alguien pudiera matar personas de un ataque al corazón sin estar presente?

L le pidió al señor Yagami que buscara la libreta en el coche de Higuchi, este obedeció sin rechistar. Cuando la encontró, se fijó en que tenía varios nombres anotados en ella. Y cuando alzó la cabeza, pudo ver a la shinigami que se encontraba al lado de él.

Se asustó inevitablemente y se cayó al suelo. Al principio el resto de policías pensaban que estaba alucinando al decir que veía un monstruo donde estaba claro que no había nada, pero después de que Mogi también tocara la libreta y afirmara que él también lo veía, todos tuvieron que creerle.

L y Light, juntos en el helicóptero, no entendían lo que pasaba. Ryuzaki le pidió al señor Yagami que trajera la libreta al vehículo. Si ahí había un shinigami, él también quería verlo.

Light se encontraba inquieto, entonces los shinigamis sí que existían. Recordaba haber tranquilizado a L hacía tiempo, cuando escucharon un mensaje del segundo Kira que afirmaba que los shinigamis existían.

Hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora