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- ¿Papá? - Se sorprendió Light al ver que su progenitor le estaba llamando - ¿Qué pasa?

- Ryuzaki quiere que vengas para ayudar con la investigación - Fue su seca respuesta, antes de decirle donde se encontraban y colgar.

Light frunció el ceño mirando al móvil. Él se esperaba una disculpa, pero ir a ver a Hideki también le parecía bien.

¿Para qué querrá verme si nos vimos hace dos horas?

No se lo cuestionó mucho más y salió, rumbo al hotel. Ver a L nunca estaba mal, además, así podría obtener información sobre el otro Kira y encontrarlo antes que la policía.

- Hola, Light - Saludó L dandole la mano. Esa sensación de paz que sólo obtenían cuando se tocaban los embargó, por suerte, L fue capaz de soltarse antes de que la situación se volviera rara - Me gustaría saber tu opinión sobre unas cintas.

- Oh, claro, Hideki. Quiero atrapar a Kira tanto como tú.

- Aquí mejor llámame Ryuzaki.

- Creía que nos tuteabamos. - Comentó confundido el otro chico.

- Sí, y yo te sigo tuteando. - Contestó, sin mirarle a la cara - De todas formas no sabes mi nombre real, ¿qué más da llamarme Ryuzaki o Hideki? Ninguno es verdadero. Y esto es sólo una medida de seguridad.

- Ya, perdona. Es que me había acostumbrado a llamarte Hideki.

- Me puedes llamar Hideki en la universidad. - Réplicó el otro, mirandole de reojo con una medio sonrisa que habría dado escalofríos a cualquiera, pero a Light se le hizo adorable.

- Oh, ¿vas a volver a la universidad? Pensaba que...

- ¿¡Podemos seguir con la investigación!? - Exigió Aizawa, alzando un poco la voz para hacerse escuchar.

Los dos universitarios se giraron hacia el policía sin exaltarse, la seriedad de nuevo perceptible en sus rostros. Light observó al hombre cuidadosamente, preguntándose qué cargo tendría para atreverse a gritar así a L y al hijo del jefe.

Gritar así a un dios y a su predestinado es imperdonable.

- No te alteres, Aihara. - Ordenó Ryuzaki, sin levantar la voz - La opinión de Light es valiosa para la investigación, por eso está aquí... ¿Por qué no os presentáis?

- Bien... Yo soy Aihara.

- Y yo Matsui.

La mirada de L se dirigió hacia el último de los agentes ahí presentes, que observaba sus zapatos con gran interés.

- Señor Yagami. Deje de evitar la mirada de Light y diga su nombre falso.

Light ya se había dado cuenta de eso, y aunque no le extrañó, si que se sintió algo decepcionado y rechazado. Por eso prefirió no mirar a su padre cuando este se dignó a mirarle por primera vez desde que entró en la habitación.

- Ah, ya... Soy Asahi.

Después de decir eso, un silencio incómodo se formó entre ellos, hasta que L decidió romperlo.

- Asahi. - Llamó, fulminando al adulto con la mirada y metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón - ¿No tiene nada que decirle a su hijo?

Soichiro se encogió de hombros. Guardó sus manos en los bolsillos de su chaqueta y se mordió el labio inferior pensando en lo que decir. Ryuzaki lo presionaba con la mirada y eso no le gustaba.

- Light, perdóname. No me he comportado como un buen padre. Yo sólo... No me lo esperaba, ¿sabes? Pero quiero que sepas que sigo siendo tu padre y... te... Te quiero. Da igual si eres gay.

Hilo rojo del destinoWhere stories live. Discover now