Capítulo seis.

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19 DE ENERO 2013

Vanya

Estoy en esos momentos donde me cuestiono si tengo algo de mala suerte o simplemente el universo me odia. Louis me trajo a casa temprano para la llegada de Milton. Mi querido primo llegó casi a las once de la mañana y no vino solo, Eleonor también está aquí.

«El universo nos odia»

Confirmo.

Gracias a mi bello primo, tengo dos horas comprando en el centro comercial con su insoportable novia mientras él está "descansando" en casa. Este es mi castigo por la pelea, juro que prefería su extensa charla, esto es tortura.

─Vanya ─La voz de Eleonor me sobresalta ─. Se me ve mejor a mi ¿verdad?

Luce un vestido esmeralda pegado a su cuerpo, que ciertamente le queda hermoso. Ella es muy bonita, tiene larga cabellera rubia teñida, aunque eso no la hace menos hermosa; con sus ojos café algo rasgados, sus labios algo pequeños, pero rosáceos y esa nariz pequeña con algo curva en el tabique.

─Sí, te queda lindo ─confieso. El vestido se supone que sería para mí, luego ella insistió para cedérselo. No me molestaría, si no fuese el tercer vestido que me quita.

─Lo sé, ya quiero ver la cara de mis amigas cuando me vean con él, seré la envida de toda ─chilla.

¿Por qué comprar un vestido para que tus "amigas" lo envidien?

«Cosas de Eleonor»

─Iré a buscar algo para mi ─Ese es mi intento de fuga. Me alejo de los vestidores y recorro la tienda sin mirar mucho realmente. Milton nos dio su tarjeta para comprarnos ropa. Solo he escogido algunas cosas, siento algo de vergüenza abusar de su confianza como lo hace Eleonor, porque bueno, ella es su novia.

Mi primo tiene una buena economía, su trabajo le permite darse ciertos lujos; además nuestros abuelos dejaron una herencia para cada nieto, somos o éramos tres nietos. Mi abuelo, David, era accionista de una gran empresa, unos años antes de morir vendió sus acciones; cuando murió yo solo tenía siete años, no me acuerdo mucho de él, pero sé cuánto nos quería incluso dejó una carta para sus nietos, cuando cumpla dieciocho mi tía Liliana debe dármela, edad donde también recibo ambas herencias. Mi abuela, Valerie, por otra parte, también tenía acciones en dicha empresa, pero las vendió mucho antes que mi abuelo; a ella si la recuerdo muy bien, su muerte rompió nuestros corazones, sobre todo el de Milton, ya que ella fue como su madre.

Freno mi recorrido cuando una pieza llama mi atención. Es un vestido de seda azul marino, corto con tirantes pequeños. Me fijo en la talla y como por obra divina, es mi talla. Me cercioro de no encontrarme con Eleonor, este vestido de verdad me gusta y la dejaré calva si es necesario.

Entro a un vestidor. Me despojo de mi ropa para medirme el vestido. Antes de ponérmelo recuerdo ver el precio, por la alegría del momento se me olvidó, al parecer es un precio accesible. Quedo boquiabierta, se me ve impresionante. El vestido se pega a mi cuerpo resaltando mis curvas, el escote no es tan revelador y la pequeña abertura en la pierna derecha, lo hace ver algo sexy. Elijo comprarlo.

Me quedo como tonta viéndome hasta que decido cambiarme a mi ropa de invierno. Salgo con el vestido en mano y busco a Eleonor por la tienda. Le encuentro viendo más vestidos.

─Ele ¿ya terminaste? ─se sobresalta con mi presencia ─. Es que tengo hambre. Mi estómago ruge en apoyo, ella logra escucharlo y hace una mueca de desagrado.

─Déjame ver ese vestido ─dice viendo el vestido en mi mano.

«No la golpees, Milton nos castigará por semanas»

Si no es suficiente, déjame ir (#1) COMPLETAWhere stories live. Discover now