Capítulo trece

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4 de febrero, 2013

Vanya

El viento azota mi rostro mientras admiro el pasto mojado frente a mí. El movimiento del columpio es lento. Amo este lugar, me gusta ver la naturaleza y pasar tiempo con la abuela, donde mamá no grita y Jackson no es castigado por mi culpa. Extrañaré estar aquí cuando regresemos a Atlanta.

Unas manos en mi espalda me dan impulso. La persona detrás de mí deja de empujarme y se sienta en el columpio continuo. Se escucha el rechinido cuando empieza a moverse.

─Te dije que me debías esperar, ricitos de oro ─me regaña. Jack me ordenó esperarlo, pero el tardó mucho y yo quería estar aquí.

─Lo lamento, Jack Jack.

─No importa, solo espérame la próxima vez para que mamá no te regañe.

─Está bien.

─Prométemelo.

Detengo el movimiento del columpio y llevó mis dedos a mi espalda donde los cruzo. Dicen que, si los cruzas cuando prometes algo entonces la promesa no cuenta, bueno eso me dijo Milton.

─No cruces los dedos.

─No lo estoy haciendo.

─Vanya Bogdanovna Belova, te conozco ─Me da una mirada reprobatoria.

─No me hagas prometer cosas que no puedo cumplir.

─Milton se arrepentirá de enseñarte esas cosas.

─No le hagas nada ─pido. No quiero que pelee con Milton por mi culpa.

Respira hondo.

─Está bien, pero deja de verme con esos ojitos llenos de miedo, no entiendo porque estás tan asustadiza últimamente.

Tiemblo al recordar la razón. Hace unas semanas entré al cuarto de mis padres en busca de alguna crema para la herida que me hice en la pierna, en el proceso rompí uno de los perfumes nuevos de mamá. Ella se enojó mucho conmigo cuando me encontró en el lugar con los vidrios rotos a mi alrededor, estaba tan molesta que me metió a bañar para quitarme el olor a perfume de encima, el agua estaba tan caliente hasta hacerme llorar porque ardía mucho, mi llanto no le gustó y terminó encerrándome en el ropero para no seguir escuchando, grité por horas y nadie escucho. Ella me dejó salir cuando Jackson llegó, a quien aún no le he dicho, ni tengo pensado hacerlo.

─Es que pronto se me caerá un diente ─miento intentando evitar el tema.

─Todavía no.

─Jack, ya tengo lo tengo un poco más flojo.

─Vanya te he dicho que aún le falta estar más flojo ─me reprende. Hace unos días, sentí uno de mis colmillos flojo.

─Si está flojo.

─Lo revisé hace dos días y no creo que haya cambiado mucho su estado.

Me quejo.

─Quiero mi recompensa cuando se caiga ─pido.

Tengo nueve años y sigo amando la tradición del día de Vanya.

─Prometo que tendrás tu recompensa ─ Se levanta del columpio y hago lo mismo. Caminamos uno alado del otro hacia la casa. Repentinamente unas imágenes vienen a mí, veo a Jackson en un hospital, con rostro pálido. Detengo mi paso y él voltea a verme.

Si no es suficiente, déjame ir (#1) COMPLETAWhere stories live. Discover now