Capítulo uno

229 22 32
                                    

North York, Toronto, Canadá.

7 de enero, 2013

Vanya

Cambios y más cambios, en eso se había basado mi vida en los últimos meses.

Mudarme a Canadá no sanó mágicamente mis heridas, tampoco me devolvió a mi hermano, he estado en el infierno lidiando con el dolor de perder al ser que más amo en la tierra, algo me dice que si aún estuviera en Nueva York habría arrastrado a ese infierno a todos aquellos que me amaban. En este lugar, nadie me mira con pena o me pregunta como llevo mi duele, nunca habría sobrevivido si además del dolor también hubiese lidiado con ello.

Tengo días difíciles donde levantarme de la cama es todo un reto, donde vivir me pesa, pero escucho la voz de Milton, los dramas de Louis, las bromas de los gemelos o discuto con Newt por cualquier tontería y de repente algo de peso se libera de mis hombros. No son una milagrosa cura para mi depresión, son más como un bálsamo en los momentos donde todo duele.

Toda mi vida estaré agradecida con Newt por ser el primero en hablar conmigo, por incluirme en su círculo y por cada pequeño gesto que ha hecho por mi desde que nos conocimos. Newt, mi ángel y tormento porque parece que su plan de vida es fastidiarme, aunque no de la mala forma, creo que le gusta probarme y secretamente a mí me gusta que lo haga.

Nunca volveré a Nueva York, allí dejé y perdí todo lo que amaba. Toronto es mi nuevo hogar donde por fin creo que todo está mejorando.

─Dime la verdad, sacrificas niños como ofrenda para los dioses para que ellos te den belleza ─escucho a mis espaldas. Louis, es lo más cercano a un mejor amigo que tengo, nos conocimos la primera semana de instituto hace unos meses y somos inseparables, la química fue inmediata.

Me alegra verlos con cara de resaca porque no quería ser la única, a pesar del maquillaje que usé, sé que me luzco destruida.

─Por motivos legales diré que no ─bromeo.

─Lo sabía eres demasiado linda para ser real ─dice Newt, mejor amigo de Louis.

─Newt, no sé si tomar eso como un alago.

─Por supuesto que es un alago, princesa ─Alguien busque una soga que me mato ¿no hay más apodos?

─Desaparece de mi campo visual ─En esto se basa nuestra amistad, estamos bien luego dice algo para parecer un chico malo y yo lo echo.

─Oh vamos esta vez no fue tan malo, solo te dije princesa ─Sé que no lo dijo con mala intención, pero odio cuando me trata como a sus conquistas, a veces se comporta como idiota y sé que él no es así.

─Adiós ─digo finalizando nuestra absurda conversación y entro a mi primera clase con Louis.

─Joder, ustedes parecen un matrimonio ─Me molesta Louis.

─Sí, esos matrimonios que salen en "Mujeres asesinas" ─Debo admitir que me gustan los documentales de crímenes y cosas así; recuerdo los sábados de locos con él, su hermana decía que solo los psicópatas potenciales veían esos programas.

─Del odio al amor solo hay un paso.

─Eso no pasará ─le contesto.

Louis tiene la intención de seguir hablando del tema hasta que el profesor entra.

─Te salvó la campana ─irónicamente ésta suena ─, literalmente.

El resto de la clase pasa rápido, no sé porque las primeras clases pasan en un pestañeo y las últimas se sienten eternas. Agradezco que esto termine rápido porque tengo mucho sueño y dolor de cabeza. Milton cumplió su palabra levantándome temprano, al menos me trajo al instituto, mi primo estuvo tan molesto hace unas horas cuando llegué a casa, pero solo bastó mirarlo un poco para que su ánimo cambiara.

Si no es suficiente, déjame ir (#1) COMPLETAWhere stories live. Discover now