Capítulo diecisiete

67 11 1
                                    

16 de febrero, 2013

Vanya.

Rastreo en mi armario alguna prenda para usar hoy en el almuerzo con los padres de Frey. Dudo si debería usar vestido o ropa casual, para finalizar con mi tormento le pregunto a Freyr.

Vanya: ¿Ropa casual o vestido?

Freyr: Casual.

Vanya: Gracias, hijastro ;)

Freyr: Le enseñaré el mensaje a mi madre.

Vanya: Me hackearon.

Freyr: Ingeniosa.

Vanya: Lo sé.

Retiro la toalla que cubre mi cuerpo para empezar a vestirme. Termino escogiendo un pantalón negro que combino con un suéter blanco de lana de mangas largas y por último calzo unas botas negras cortas. Para el frío tomo un abrigo largo y un gorro de lana.

Luego del almuerzo iremos a esquiar. Si pudiese daría una excusa para no ir, lastimosamente eso sería muy sospechoso.

Tardo quince minutos en recoger el desastre que hice al buscar ropa. Pasé media hora quejándome de no tener ropa cuando en realidad si tengo solo que ninguna me parecía apropiada.

Al verme en el espejo me horrorizo con mis ojeras, reflejan las malas noches que he tenido últimamente, uso un poco de corrector para taparlas. Siguiendo con mi maquillaje aplico rímel a mis pestañas, me realizo un delineado sencillo y para finalizar me tomo vario minutos debatiendo entre labial rojo o simple bálsamo, al final decido guardar el labial rojo para después de almorzar porque no deseo embarrar cada vaso y cuchara de rojo. Luego de maquillarme, peino mi cabello dejándolo suelto y con los rizos voluminosos.

No tengo ganas de caminar con este frío por lo que pido un taxi que en diez minutos debería llegar.

El trayecto hasta la casa de Freyr es corto y en cinco minutos estoy frente a su puerta tocando el timbre, espero pacientemente cuando escucho la voz de este anunciando que se dirige hacia mí. Aprovecho el momento para revisar mi maquillaje.

La puerta es abierta y Freyr me recibe con una gran sonrisa.

─Me alegra que vinieras ─anuncia.

─¿Crees que dejaría pasar la oportunidad de ver al amor de mi vida? ─Su sonrisa crece haciéndome querer reír ─. Obviamente hablo de tu padre, dame permiso, hijastro ─añado.

Hace una mueca de asco para luego dejarme entrar y le beso la mejilla al pasar a su lado.

─Pasarán mil años y me seguiré sintiendo perturbado cada vez que me dices hijastro.

Toma mi abrigo dejándolo en el perchero y coloco mi gorro en un pequeño mueble cercano.

─Ni modo, te toca acostumbrarte, puedes decirme madrastra porque si me dice mamá sería extraño ─comento viéndolo con descaro.

─¡Mamá! ─grita poniéndome alerta.

Rápidamente me acerco a él y pongo mi dedo índice cerca de su boca indicando que se calle.

─¿Qué haces? ─cuestiono.

─Solo la llamo para que venga a recibirte ¿Por qué? ¿Tienes miedo que te escuche? ─alza una ceja desafiante. Su madre entra en mi campo visual y abrazo a Freyr para poder hablarle al oído.

─No puedes seguir saboteando la relación de tu padre y yo, eso no es sano ─le susurro ganándome una carcajada de su parte.

Nos separamos y centro mi atención en su madre que me mira con emoción. No sé lo que debo hacer así que me quedo plantada en mi sitio hasta que ella toma la iniciativa de acercase a mí y abrazarme. Correspondo su abrazo alegre de poder verla y sobre todo confirmar que no me odia como creí.

Si no es suficiente, déjame ir (#1) COMPLETAOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz