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Pasa alrededor de una hora donde sólo caminan por el tranquilo parque, Soobin con la vista perdida en las luces y Kai con la vista perdida en Soobin. Hay algo simplemente encantador en la forma en la que sus ojitos almendrados brillan más que nunca y como sus labios se separan inconscientemente por la sorpresa de todo el regalo en sí. Soobin es precioso, no hay otra definición para él.

—Kai...

—¿Hyung?

—Eh... ¿Por qué te mandaron a ti a mostrarme esto?

Kai palidece por unos segundos, muy avergonzado.

—En realidad, yo lo pedí.

Soobin parpadea con sorpresa, sin saber realmente qué decir.

—Oh... ¿Por qué?

—Hmm... Hace unos días me llamó Beomgyu para explicarme que quería hacer algo por tu cumpleaños y si quería ayudar, así que le pedí que me dejara traerte a este parque...

El mayor sonríe sin poder evitarlo.

—Pensé que podría intentar tener un poco de tiempo para hablar de algo con usted... El beso... ¿Por qué fue?

Ah, la tan ansiada conversación finalmente había llegado y no sabe si podrá soportarla sin ponerse a llorar.

—¿Hyung? Está bien si no quiere decir nada, lo entiendo. Es sólo que quería saber si se está burlando de mí o-

—¿Burlando? —interrumpe, sorprendido— ¿Por qué pensarías eso?

Kai se sonroja.

—Bueno... Usted antes no me soportaba y...

—Kai, Dios, no. —comenta asustado— No me estaba burlando, en serio.

—¿Entonces por qué me besó? -la pregunta salió como un murmullo tímido, y ambos chicos guardaron silencio de vergüenza.

—Puede que me gustes.

El silencio pronto se convierte en un mar que los envuelve, y permanecen de pie bajo el hermoso espectáculo con las mejillas sonrojadas.

—¿Qué? -pregunta el menor incrédulo.

—Me gustas, Kai.

—Le gusto como... ¿De gustar?

—Sí, me gustas.

Las miradas de ambos se encuentran tímidas, pero la sorpresa es mucha como para poder decir algo. Pasan un instante sólo observando al otro, hasta que Kai no resiste su curiosidad y pregunta sin titubear.

—¿Entonces por qué me trataba tan mal?

Soobin parpadea incómodo, luciendo sorprendido por la pregunta tan repentina.

—Uhmm... Yo-.

En ese momento, el teléfono de Soobin suena, así que detiene su charla y agradece a quien sea que haya llamado por haberle ahorrado una explicación.

Hyung, ¿Siguen en el parque?

—Eeh, sí. Ya nos íbamos a casa.

Bien, apúrense a llegar así alcanzas a descansar un rato más antes de la segunda parte del regalo.

—¿Segunda parte?

Soobin mira a Kai, quien se encoje de hombros con una sonrisita como diciendo "no me preguntes, no debo decir". Así que Soobin sólo asiente a la llamada y cuelga. Kai aprovecha que el silencio incómodo ha terminado y decide escapar temporalmente de su momento de confesiones.

—Bien, podemos volver a tu casa, el próximo bus pasa en diez minutos. -anuncia sonriente pero tímido.

Soobin le responde la sonrisa y ambos caminan silenciosamente hasta la parada de autobús.

El viaje de regreso es tranquilo, pero las baterías de Kai parecen haberse acabado el momento en el que pone un pie en el autobús, porque comienza a cabecear levemente con sus ojitos entrecerrados.

—¿Kai? —murmura Soobin.

—¿Hm?

Al ver que su respuesta sonaba más como un murmullo sin ganas, Soobin sólo se llena de valentía y suavemente toma la cabeza tambaleante de Kai y la recuesta sobre su hombro con delicadeza. El cuerpo de Kai se tensa un momento, pero rápidamente se relaja y sólo cierra sus ojos.

Como la mañana estaba comenzando, el autobús se llenó de gente que iba al trabajo, pero nadie se detuvo un sólo segundo a mirarlos por lo que Soobin se sentía más tranquilo.

Sus ojos estan fijos en el paisaje de la ciudad a través de la ventana, pero lo único que ocupa su cabeza es el peso sobre su hombro y la suave respiración del menor a su lado. Los minutos pasan volando, y tiene que parpadear varias veces para darse cuenta que ya habían llegado.

Con suavidad toca el cabello de Kai.

—Kai... Kai... Llegamos...

—...

—¿Hyuka? —sacude levemente al menor, aún sin respuesta— No sabía que era de sueño pesado... —murmura.

Finalmente decide levantar la cabeza del otro para hablar directamente en su oído.

—Kai, llegamos.

El menor abre los ojos lentamente, desorientado, pero parece aún más desorientado cuando se da cuenta que Soobin está sujetando su cabeza con delicadeza y sus labios están apenas a sólo milímetros de su oreja. Aguanta la respiración y voltea la cara para mirar al mayor con ojos sorprendidos.

—Lo siento, me dormí.

Soobin sonríe, haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia, se levanta y automáticamente toma a Kai del brazo para ayudarlo a levantarse.

—No te preocupes.

Ambos se bajan, aunque es evidente que Kai sigue bastante adormilado. Desde la puerta los observan Beomgyu y Yeonjun con miradas juguetonas, los saludan y les preguntan si se divirtieron. Soobin asiente sonriente, pero sólo dirige a Kai hasta el piso de arriba sin decir nada más.

Beomgyu mira a Yeonjun, aparentemente confundidos, pero no dice nada cuando los dos chicos entran a la habitación de Soobin y cierran la puerta sin más palabra.

—¿Eh?

Yeonjun se encoge de hombros.

Kai está muy adormilado como para decir cualquier cosa, así que no cuestiona cuando Soobin le quita la chaqueta con cariño, y lo dirige hasta su cama, obedientemente siguiendo sus gestos. Soobin lo hace acostar y después lo cubre con las suaves sábanas.

El menor se mantiene inexpresivo, sus ojos cerrándose en contra de su voluntad, pero su corazón está muy despierto, palpitando con fuerza y causando que todo él se derrita por el tierno comportamiento del mayor.

Soobin le sonríe, como si adivinara sus pensamientos, después da la vuelta y entra al otro lado de la cama, también escondiéndose bajo las cobijas.

—Podemos descansar un rato antes que salir de nuevo. —murmura.

Así que ambos yacen acostados mirando al techo blanco uno al lado del otro.

—Soobin... —susurra Kai.

—¿Sí?

Pero no hay respuesta, así que gira su cabeza para observar al menor, aunque sus ojos ya están cerrados y su boca levemente entreabierta. Sorprendiéndolo, una mano se aferra fuertemente a la suya, y el menor sonríe con timidez sin abrir los ojos.

Soobin devuelve el apretón, aunque mantiene los dedos entrelazados, y se acerca un poco más a Kai hasta que su cabeza está reposando sobre el pecho del otro.



—Descansa, Kai.

Math ᯽ ꒰ sookai ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora